Page 46 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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drez político, somos una realidad, somos el partido gobernante
            o la primera fuerza de oposición.
             Estamos en una pugna, quizás no con la misma hegemonía de
            la primera década y media del siglo, pero estamos luchando por el
            proyecto hegemónico en contra de las fuerzas neoliberales. Es cla-
            ramente un escenario de fuerzas neoliberales contra fuerzas progre-
            sistas disputándose el espacio político, disputándose la hegemonía
            ideológica. No era para nada ese el escenario en 1980 y 1990 cuando
            había un dominio abrumador, una hegemonía absoluta y casi in-
            cuestionable por parte de las fuerzas neoliberales.
             Puede haber un retroceso, pero América Latina ha cambiado y
            no se ha vuelto a lo que hemos denominado “la larga y triste noche
            neoliberal”. Evidentemente, cuando la apuesta es la democracia co-
            rres el riesgo de perder alguna vez en las urnas, sobre todo porque
            el poder desgasta muchísimo. Era inevitable que en algún momento
            algunos proyectos progresistas fueran derrotados en las urnas. Aho-
            ra, ¿hasta qué punto es reversible? Siempre podríamos argumentar
            que en los proyectos revolucionarios se avanza muchísimo y lue-
            go puede haber un proceso de retroceso, pero el retroceso no es
            al punto de partida. Se regresa un poco y se sigue caminando.
             Además, nuestros proyectos políticos, en Ecuador, en algunos paí-
            ses del ALBA, nacen de proyectos constituyentes. Esos proyectos
            significan nueva Constitución, nuevas reglas de juego, nuevos mar-
            cos normativos, nueva legislación, etc. Para revertir eso una oposi-
            ción necesitaría de una mayoría abrumadora. Entonces, esa expre-
            sión “fin de ciclo”, si la intención es insinuar que hay una vuelta al
            neoliberalismo clásico de 1980 y 1990, no me convence y creo que
            no es un criterio histórico acertado.
            El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, destaca la
            importancia de hacer “un análisis riguroso, sin ocultar nada”,
            para poder corregir eventuales errores. ¿Por dónde cree que han
            pasado las principales fallas de los gobiernos progresistas?
            Sin dudas todos cometimos errores, muchos errores. Creo que fue-
            ron más los aciertos, y que la historia recordará este inicio del si-
            glo xxi, incluso la historia universal de la humanidad recordará este
            inicio de siglo, como el momento de América Latina. Creo que los
            grandes nombres de las personalidades históricas y los pueblos que
            se mencionarán de aquí a cien, doscientos años, serán realmente
            los pueblos latinoamericanos.
             En general hay una tensión muy fuerte en nuestros proyectos pro-
            gresistas,  entre las  prerrogativas  más  inmediatistas,  de  más  corto

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