Page 47 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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plazo, y las de largo plazo, que son atendibles, porque es el ejercicio
              de gobierno, y cuando uno está en el gobierno, sobre todo cuando
              hay una derecha desleal o en algunos casos golpista como hemos
              visto en algunos países, hay que sobrevivir políticamente, porque de
              nada sirve el martirio. Pero creo que todos los gobiernos del momen-
              to progresista de América Latina quisieron tener utopías, ideales, sin
              dejar de lado un fuerte pragmatismo, un fuerte realismo de supervi-
              vencia en el poder, es decir, de realmente concretar, hacer tangible
              y real estos afanes de mayor justicia social, de mayor redistribución,
              de mayor garantía de los derechos de las personas, de los pueblos.
                Entonces, obviamente hay objetivos de corto y mediano plazo
              que son totalmente entendibles. Pero eso no significa perder de vis-
              ta los objetivos de largo plazo, y esta creo que es la tensión con la
              que todo gobierno tiene que lidiar.
                Creo que hay dos tipos de redistribución. La primera es una redis-
              tribución de carácter nacional o doméstico, una redistribución que se
              hace hacia adentro. Si uno ve el PBI per cápita de América Latina,
              somos la clase media mundial, si todos tuviéramos ese PBI per cápita,
              si no hubiese grandes distorsiones entre ricos y pobres, no existiría po-
              breza en América Latina. Entonces ahí hay una prerrogativa de redis-
              tribución nacional, doméstica, a través de políticas de garantía de los
              derechos, también un modelo económico de crecimiento endógeno.
                Hay un segundo elemento que tiene que ver con la redistribución
              global. Hemos sido países periféricos no sólo en términos económi-
              cos sino de distribución del poder. Hemos sido marginalizados de los
              grandes procesos de tomas de decisiones de la humanidad. Ninguno
              de nosotros está en el Consejo de Seguridad de la ONU, ni tiene el
              derecho de veto, ni tiene un ejército que impone su voluntad sobre
              los demás, ni armamento nuclear, somos países que en mayoría de-
              pendemos del multilateralismo. Pero la única forma de cambiar esta
              realidad periférica y de distribuir riqueza y poder es a través de un
              cambio de nuestro patrón productivo.
                Respecto a los errores, creo que pudimos hacer y debemos ha-
              cer siempre más para lograr una transición productiva en nuestras
              sociedades. No solamente enfocarnos en la redistribución, que por
              supuesto es importantísima, porque en eso se basa nuestra credi-
              bilidad, y hay necesidades apremiantes, nuestros pueblos quieren
              respuestas hoy, no mañana. Pero sin duda hay que guardar algún
              capital, pensar estratégicamente en cómo invertir en esta transición
              productiva para dejar de ser meros países productores de materias
              primas e importadores de todo lo demás, para realmente insertarnos
              en la economía global de forma más sofisticada, con valor agregado,
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