Page 105 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
P. 105

neodesarrollismo, reivindicada por los gobiernos que llegaron al poder
              tras fuertes crisis y levantamientos de movimientos sociales. Mientras
              a nivel retórico y de imaginario político se presenta como lo opuesto al
              predominio de lo financiero, el neodesarrollismo, tal y como se da en
              este ciclo a nivel regional, deviene inseparable de una generalización
              de la producción de renta y de la mediación financiera de lo social.
              Tal desfasaje otorga un papel especial al Estado en la medida que lo-
              gra combinar y sintetizar ambas líneas. En esta perspectiva, trazar una
              frontera consistente entre ‘neoliberalismo’ y ‘neodesarrollismo’ no se
              hace tan fácil. Más bien lo contrario es cierto: la estrategia ‘neodesa-
              rrollista’ expresa una coyuntura particular y un esfuerzo político nota-
              ble dentro de la estructura de la razón neoliberal”.
                Y especifica más adelante: “El reciente balance de Álvaro García
              Linera de la derrota del MAS en el referéndum de febrero pasado por
              la reelección, toca un tema clave en la coyuntura latinoamericana:
              el cambio en la composición social de las clases populares tras los
              años de los gobiernos llamados ‘progresistas’. AGL lo puntualiza en
              mutaciones concretas: hábitos e intensidad de consumo, de acce-
              so a la información (medios digitales que quitan el monopolio a la
              asamblea y el sindicato), la urbanización de los territorios y la identi-
              dad indígena devenida capital político-simbólico (incluso para obte-
              ner puestos en el Estado). Estas mutaciones de las clases populares,
              en su argumento, explican un desfasaje paradójico: el MAS produjo
              a los sujetos que lo llevan a la derrota (…) Un campo particularmen-
              te notable para pensar esta mixtura es la expansión del consumo,
              y especialmente del consumo popular, inextricablemente ligado al
              subsidio estatal y las políticas sociales, a los dispositivos de endeu-
              damiento y a nuevas violencias”.
                En esta perspectiva, se encuentran algunas respuestas diferentes
              a las que predominaron en el análisis de ciertas izquierdas que han
              pactado con las políticas extractivistas como “condición de desarro-
              llo para la etapa”, y que ahora culpabilizan a los sectores sociales
              que se vieron favorecidos por la distribución a través del consumo.
              Sin haber sido protagonistas sino “beneficiarios” de ese proyecto se
              los acusa de “deslealtad” hacia quienes les han provisto de esos me-
              jores niveles de consumo.
                Pensar en la nueva trama de pueblo, creada a partir de la “inclusión
              vía consumo”, es una clave que nos permitirá complejizar muchos aná-
              lisis, tanto para comprender el momento que vivimos los movimientos
              populares como las posibilidades reales que se nos presentan en los
              procesos en los que quisiéramos profundizar las revoluciones anuncia-
              das en el siglo xxi. También nos ayuda a cuestionar las nociones creadas
                                                                         105
   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110