Page 29 - Yo quiero ser como ellos
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Luchó bajo las órdenes o en unión del Coronel Campo
Elías y de los Generales Urdaneta, Mariño, Bolívar, Mac Gregor,
Soublette, Páez y Manuel Piar. Con este último prócer de nuestra
Independencia, la vida le fue irónica. Luego de combatir bajo
sus órdenes, le tocó formar parte del Consejo de Guerra que lo
condenó a muerte. Así era, así fue la guerra de Independencia:
sangrienta, implacable, cruel, épica y heroica. Así fueron los
hombres y mujeres que en ella se enrolaron. Así fue la vida del
General de División José Antonio Anzoátegui, nuestro héroe
epónimo: breve, intensa, brillante, huracanada, admirable.
Su pueblo lo quiso, su ciudad lo eligió legislador, cargo
que apreció con emoción y humildad, pero al que declinó por
sus compromisos militares. Barcelona lo ascendió a Coronel
por aclamación. Aquel niño de incontables travesuras, aquel
joven jefe de pandillas locales de “insoportable conducta”, era
recibido por su ciudad con orgullo y admiración, convertido en
héroe de la Independencia de la Patria.
La letra de un corrido mexicano podría decirle que
se fue “pronto como los elegidos, en plena gloria y en plena
juventud”. Hace poco escribí un libro titulado La Espada sobre
el Fuego, donde analizo y sufro y disfruto a los poetas y poetisas
que le escribieron al Libertador Simón Bolívar. Allí me detengo
en el reto que significa escribir sobre los héroes: siempre su
vida, sus hazañas, la epopeya de sus actos y azares superará
a las palabras, sean estas dichas en prosa o en verso. ¿Cómo
pudiéramos encontrar la imagen exacta que perfile la dimensión
grandiosa del joven General, gallardo y valiente, José Antonio
Anzoátegui? ¿Qué símil lo dibujará en sus tribulaciones, qué
verbo relatará los torbellinos que lo azotan en la derrota?
¿Cómo encontrar la metáfora que plasme la épica de su gloria?
Yo hablo de escrituras porque mi palabra está en deuda con
el Héroe que nos dio nombre, gloria y libertad. Pero pudiera hablar
también de otras deudas: ¿Hemos sido dignos del prócer que nació
en esta ciudad, a las orillas del Neverí? El dio su vida por nosotros,
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