Page 131 - Yo quiero ser como ellos
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A partir de diciembre de 2001, cambian la agenda, o
            le agregan a la pública, una agenda oculta. El país entra en la
            etapa de las conspiraciones y Estados Unidos comienza a jugar
            fuerte en contra del proceso bolivariano. Los grandes medios
            de comunicación dejan el medio y se colocan en un extremo,
            asumiendo el rol de los partidos políticos. Desahuciados por los
            votos del pueblo, optan por la que creían la vía rápida para salir
            del presidente Chávez. A saber: paro patronal en diciembre de
            2001; golpe militar en abril de 2002; paro y sabotaje petrolero en
            diciembre 2002 – febrero 2003. No logran su objetivo y ensayan
            acciones terroristas, guarimba e infiltración de paramilitares, con
            el único resultado de enajenarse el apoyo de las propias masas
            opositoras.

                 Todo esto ha ocurrido en forma vertiginosa, sin paz ni
            descanso,  tregua ni cuartel. De la parte de guerra sicológica y
            propagandística se encargaron los grandes medios de comunicación
            privados. El bombardeo a las conciencias ha sido incesante.
            Se ha recurrido a la información dirigida, la desinformación,
            manipulación, distorsión, tergiversación y propaganda abierta.
            Los acontecimientos se construían mediáticamente y la mentira
            se revestía de “veracidad”. Siquiatras y sicólogos comenzaron
            a hablar de dos patologías colectivas e individuales: infofrenia
            y disociación sicótica. No lograron derrocar a Chávez, pero sí
            enajenar y fanatizar a buena parte de la sociedad venezolana,
            con lamentables consecuencias de rupturas de lazos afectivos,
            amistosos y familiares. Dejaron herida el alma del país.

                 Tantas cosas han pasado en tan poco tiempo. Sobre la
            marcha, cada quien ha querido contar su historia. Los estudiosos del
            futuro ya no confiarán en los medios como fuentes documentales
            de estos días. Se hicieron parte del conflicto y habrá que verlos y
            leerlos al revés, con lupa y entre líneas. Con un sector poderoso
            intentando detener y revertir los nuevos tiempos y un pueblo en
            busca valerosa de su propio destino, Venezuela entró al siglo XXI
            con el ímpetu de un proceso revolucionario por la vía pacífica y
            democrática y, por esto mismo, plagado de acosos, agresiones y



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