Page 128 - Yo quiero ser como ellos
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maestría y doctorado. El historiador y hombre de librerías, Rafael
Ramón Castellanos, realizó una acuciosa e interesante investigación
acerca de la extensa bibliografía que en Venezuela y el mundo se ha
escrito sobre el comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Ningún
jefe de gobierno o presidente vivo supera –ni siquiera se acerca- la
cantidad de libros escritos sobre el líder de la Revolución Bolivariana.
Sin embargo, las largas conversaciones con José Vicente Rangel
se distinguen de las demás obras en que no es una gran entrevista
realizada en un momento determinado de la vida del autor., sino en
muchos momentos. Podemos leerla como varias entrevistas realizadas
a los largo de dos décadas. O también, como un solo diálogo sostenido
por estos dos personajes de nuestra historia contemporánea durante
los últimos 20 años. Se dice y escribe fácil y rápido.
La primera entrevista lleva fecha 30 de agosto de 1992, siete
meses después de la rebelión militar de 4F. La última, realizada en la
Academia Militar, “donde comenzó todo”, está fechada el 22 de enero
de 2012, veinte años después de la insurgencia de aquellos jóvenes
oficiales contra la Cuarta República y todo lo que la misma significó.
José Vicente Rangel destaca la coherencia en el pensamiento político
y en la visión del mundo de su entrevistado a lo largo de esas dos
décadas. En la entrevista realizada el 04 de diciembre de 1998, a 48
horas de las elecciones que convertirían a Hugo Chávez en Presidente
de la República, el autor reseña un breve diálogo del comandante
bolivariano con un periodista. Este le pregunta: “Y usted, ¿qué va a
hacer ahora?”. La respuesta, como aquel “Por ahora” de seis años atrás,
fue lacónica: “Vamos al poder”.
José Vicente Rangel domina con destreza el arte de la
entrevista. Y empleo a conciencia plena la palabra arte. El género ha
alcanzado ese estadio gracias a cultivadores de excepción que lo han
enaltecido en la prensa, radio y televisión. El buen entrevistador no
sólo sabe preguntar con pertinencia, precisión y conocimiento –de su
entrevistado y del tema que tratan-, sino que también sabe escuchar.
Sabe cuándo interrumpir, casi por oído, como los buenos músicos.
Es por eso que frente al televisor, cuando vemos su programa,
nos sentimos partícipes de la conversación. Amenidad en el
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