Page 20 - Vida ejemplar de Simón Bolívar
P. 20

Vida ejemplar de Simón Bolívar

               Inglaterra, a su turno, piensa en ayudar a las colonias españolas
               cuando llegue el momento.
                  El momento llega en su plenitud a causa de la invasión de
               España por Napoleón. Un gran movimiento político de auto-
               nomía, de gobierno propio, se extiende por toda la América espa-
               ñola. Unos primero, otros después, todos los pueblos americanos
               abandonan la idea de la autonomía precaria, y se declaran por
               la absoluta independencia. La empresa de alcanzarla no es fácil.
               En Europa los acontecimientos políticos y militares cambian de
               aspecto con frecuencia y determinan cambios de política respecto
               de las colonias sublevadas. En América, la opinión no es homo-
               génea. El desnivel de las grandes mentalidades con la incultura
               general, los intereses locales, la heterogeneidad de las clases, son
               obstáculo a la unidad de pensamiento y de acción. Del seno de
               los pueblos mismos surgen las reacciones contra la patria indepen-
               diente, y la lucha, a la vez que entre americanos y españoles, se
               vuelve guerra civil entre los propios americanos. España, libre al
               fin del invasor, envía hombres, recursos, generales y escuadras a
               combatir la insurrección de América.
                  Al estímulo de los acontecimientos se revelan entre los ameri-
               canos hombres excepcionales por el pensamiento y por la acción.
               No siempre andan juntas esas calidades. Ni siempre armónicos
               los hombres. Chocan las individualidades, y por sus rencillas,
               por sus divergencias, se pierden con frecuencia los esfuerzos y
               los sacrificios.
                  Un hombre más extraordinario que los otros, aparece, se
               distingue pronto. Crece. Acaba por imponer su personalidad.
               Reúne en ella el pensamiento y la acción. La prudencia y la audacia.
               La constancia, la voluntad, el genio militar y el político. El lenguaje
               reposado del estadista y el arrebatado del caudillo. La fe inquebran-
               table en medio de las dificultades mayores y los mayores reveses.
               La actividad incansable. La energía sin flaquezas. Se impone por la
               superioridad indiscutible. Allana las divergencias. Acalla las renci-
               llas. Apaga las envidias. Arrolla los obstáculos. Lleva los pueblos a
               la victoria. Inspira entusiasmos delirantes. De él dice uno de sus
               más grandes adversarios: “Es la revolución”. Realmente la perso-
               nifica porque, en medio de sus facultades universales, permanece
               profundamente criollo, hispanoamericano. Es el árbitro sumo de
               los destinos de nuestros pueblos. Ese hombre es Simón Bolívar.


                                         19
   15   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25