Page 22 - Vida ejemplar de Simón Bolívar
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¿QUIéN fUE BOLíVAR?


                  Están ya por cumplirse tres siglos del descubrimiento de
               Venezuela, cuando en la ciudad de Caracas, en 1783, nace Simón
               Bolívar. La familia Bolívar goza de consideración en la Colonia.
               Antepasados suyos han prestado servicio a la tierra nativa y alcan-
               zado favores y mercedes de la corte de España. Pertenecen a la
               clase acomodada. Gozan de fortuna apreciable, representada en
               propiedades raíces. Tienen esclavos. Están emparentados con
               otras familias notables.
                  Simón Bolívar queda huérfano de padre y madre en su
               infancia. Se le nombran tutores que velen por su educación y
               por sus intereses. Recibe lecciones de los mejores maestros. Se
               le adiestra para desempeñar papel análogo a los de sus antepa-
               sados. Será personaje de viso en la vida colonial. Leal súbdito de
               Su Majestad el rey de España. Nada anuncia que ha nacido un
               hombre extraordinario. Nada indica la aparición de una gran
               figura histórica. No es posible imaginar la misión que ha de
               cumplir el joven Simón Bolívar.
                  A los dieciséis años se le envía a Madrid. Allí, por sus rela-
               ciones de familia, por su categoría social, entra en contacto con la
               corte, presencia los esplendores y las miserias de la vidacortesana.

               Se enamora de una niña madrileña, emparentada con familias
               de Venezuela. Se les considera demasiado jóvenes para casarse.
               Porfía, vence. Obtiene el permiso para el matrimonio. Lo realiza.
               Emprende con su esposa el regreso a Venezuela. Se promete años
               de una felicidad tranquila.
                  Su mujer enferma a los pocos meses de una fiebre violenta y
               muere. Bolívar jura no volver a casarse. Torna a Europa, inquieto,
               desazonado. Busca alivio a su desesperación. Ruido y bullicio
               para llenar el vacío de su alma. Placer, lujo, viajes, para dar
               desahogo a su inquietud. Entre tanto, su carácter se va consoli-
               dando, su pensamiento se amplía. Están despuntando en él las
               grandes cualidades que lo harán inmortal. Está ya en sazón para
               las grandes ideas. Su maestro, Simón Rodríguez, asiste compla-
               cido a esa aurora de una gran vida. Un día en Roma, maestro y


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