Page 27 - Todos los versos
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liz porque la visita, los «racionales», le han traído ron,
pero más feliz aún porque le han traído a un niño, a un
descendiente de los visitantes.
Valorizando la amistad, toca su sambura y se lleva al
niño a las malokas. Está feliz, pero cuando le preguntan por
unos areruyas no dice nada. Es un elemento de su cultura
que no puede compartir con nadie que no pertenezca a
ella. Sin embargo, al final se terminará llegando a los areru-
yas. Luego de muchas otras canciones, canta tres de estos,
los más secretos. Pero el personaje que viene de afuera tam-
bién tiene su secreto. El cuento termina abruptamente con
la información de que el visitante ha puesto a funcionar su
grabadora y ha logrado cazar a los tres areruyas, que ya es-
tán en su poder, registrados. De modo que podemos reite-
rar que la cacería es un tema central en la obra de Eduardo
Gasca, al igual que en la de Gustavo Díaz Solís. De distinta
manera en cada uno de los autores, de distinto modo en
cada uno de los cuentos. En «De visita» no se ha matado
a ningún animal, mucho menos a algún ser humano. Todo
lo contrario: el objetivo es conservar una cultura, proteger-
la, evitar que se la lleve el viento. Pero la «metodología»
no deja de ser la de la cacería, la cual, por esta vez, ha resul-
tado exitosa.
Entre los poemas hay uno titulado «areruya»,
ese canto tan secreto de los indígenas, el que se refiere a
todo aquello de lo que fueron despojados:
de todos los cantos
de las sonajas y las flautas fuimos
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