Page 332 - Todo César: Panorama de vida y obra
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ornamento. Así, esos artesanos, hijos del pueblo, dejaron toda su burla despre- electorales. También son muy conocidos sus dibujos contra el clero y el fana-
ciativa esculpida en capiteles y frisos de catedrales y claustros, burla tan recia y tismo.
perenne como la piedra en que fue tallada. Hoy, en la Catedral de Estrasburgo, Se diferenciaba entonces la caricatura inglesa de la francesa en que era
aún puede verse a cerdos con hábitos de frailes, procesiones de lobos con capu- puramente política en la primera, en tanto que en Francia abarcaba todos los
chas de agustinos, o alusiones al célebre poema del “Zorro”, la obra satírica más aspectos sociales: las costumbres, las modas, las aberraciones sexuales, todo era
popular de aquella época. También fue gran motivo para la caricatura de la allí ridiculizado con una gracia exclusiva del pueblo francés. Y con Rabelais,
Edad Media la figura del diablo, no salvándose por esto las vidas santificadas de Boileau, Beaumarchais, Scarron y Molière, adquiere la sátira una firme fuerza
verse también burladas por el ágil cincel medieval. constructiva, pudiendo decir Voltaire que “El ridículo ha adquirido tal fuerza
En esa era aparece el bufón, caricatura animada en seres deformes y esclavi- en Francia que es hoy el arma más terrible que pueda esgrimirse”. Quizás por
zados a señores feudales y reyes. La mayoría de estos hombres grotescos estaban ello, durante el reinado de Luis XV es suprimida con todas las otras libertades
envilecidos por su oficio y posición; sin embargo, ellos, venidos del pueblo casi del pensamiento popular. Sin embargo, desde el anonimato sigue combatiendo
siempre, llegaron a alcanzar celebridad en la corte en que actuaban debido a su a la corrompida clase dominante, intensificando más su combatividad en los
fácil histrionismo irónico. Estos payasos puestos de moda en esa era solo vinieron comienzos de la revolución, bien en libelos o por medio de dibujos. El envile-
a desaparecer casi definitivamente en el siglo XVII; mas aún hoy ellos existen bajo cimiento de la nobleza por su lujo y ociosidad fue motivo para ello, y el pueblo
otro aspecto, y siempre acariciando con su servilismo asqueante a los dueños del francés, por medio de sus artistas satíricos, desnuda toda su corrompida inti-
poder. midad.
La pugna entre la economía feudal y la economía urbana, a más del desarro- Triunfante la Revolución y esparcidas sus ideas por toda Europa, la carica-
llo mercantil burgués, inician una nueva etapa en la sociedad, etapa conocida tura se divide en dos bandos, y así vemos a los ingleses conservadores empleán-
con el nombre de Renacimiento, y que comenzó a florecer en diferentes países a dola para atacar las nuevas ideologías, mientras que las masas populares se
la vez pero que por el sentimiento tradicional que imperaba en Italia más que en siguen valiendo de ella para hacer más extensiva su crítica al viejo estado social.
cualquier otro país, y por sus condiciones sociales, hicieron que fuese allí donde Años después, cuando ya Francia, cansada de luchas internas y extraviada en
esta cultura que surgía tuviese su mayor florecimiento. un confusionismo total, se entregó a la dictadura, la caricatura fue lentamente
Rompe entonces la obra artística medieval su forma simple y regular para decayendo, y es de notar que durante todo el período napoleónico casi no toma
exteriorizar una expresión más amplia de la conciencia humana. parte activa en la vida política, y aún más, parece que esta luchadora incansable
En los albores de esta época comienza a realizarse la reforma luterana, uno de y jovial hubiese sentido respeto por el genio de Napoleón, pues esa figura que
los hechos más trascendentales de ella, y es entonces que la caricatura encuentra llenó al mundo en su época no fue nunca directamente atacada por ella.
su verdadera orientación, pues en poder de hombres geniales se individualiza y A medida que la clase media hacedora de la revolución se va convirtiendo
se afilia a ideologías combativas. De esta manera juega un papel importante en en clase privilegiada, la sátira vuelve hacia ella su certera punta y comienza a
las luchas entre católicos y reformistas. criticar con afán correctivo a esa clase que se daba con igual facilidad a la demo-
Ya para el Alto Renacimiento había alcanzado la caricatura tan elevado pres- cracia y al imperio, a Luis XVIII que a Carlos X o a Napoleón III, y contra esa
tigio, que era cultivada por artistas célebres como: Aníbal Carraccio, Baccio de corrupción del espíritu ideológico la emprende esta manifestación del sentir
Bianco, Pedro Belloti y Gerónimo Bosch. popular, no habiendo punto necesitado de reconstrucción que no fuese atacado
A partir del siglo XVII toma la caricatura en cada pueblo caracteres diversos y por ella.
así la encontramos en Inglaterra, esencialmente política, siendo el más impor- El año 1830 aparece el periódico La Caricatura, ilustrado con grabados de
tante de sus cultivadores William Hogart, cuya obra llamada Las elecciones Monnier, Daumier y Gavarni, obteniendo un gran éxito por su posición comba-
alcanzó notable celeridad, por ser ella un comentario burlón a las corrupciones tiva ante la monarquía de Luis Felipe. Así, la caricatura francesa, obedeciendo a