Page 337 - Todo César: Panorama de vida y obra
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336  Selección de ensayos y artículos



            frotarse las manos entusiasmados ante las perspectivas que les suponía el filme.  denunciar la piratería de que habían sido objeto sus obras, pusieron de relieve
            Por una parte agrandarían el ya típico “caso” de los rusos metiendo las manos  toda la inescrupulosidad de quienes no vacilan en utilizar los más bajos medios
            en todas partes y tejiendo siempre “terroríficas” conspiraciones, y por la otra,  para el chantaje político:
            crearían confusión en torno a prestigiosos músicos soviéticos, ya que los harían
            aparecer como “cómplices” sonoros de la cinta, burlándose de paso de los héroes   En los periódicos norteamericanos se ha publicado la noticia del rodaje de la película
            caídos en Stalingrado, buscando así restarle importancia a aquella trascenden-  El talón de hierro –escriben dichos músicos–. Como es sabido, esta película tiene por
            tal jornada que decidió la suerte de la humanidad a favor de esta y contra el   objeto difamar nuestra patria, atizar la hostilidad y el odio hacia el pueblo soviético,
            fascismo. Pero la treta no dio los resultados apetecidos. Y fueron cinco hombres   en provecho de los enemigos de la paz y la seguridad mundiales. Con un sentimiento
            soviéticos quienes desde el primer momento salieron al encuentro del filme.   de indignación nos hemos enterado por las informaciones del periódico New York
            Ilyá Ehrenburg, con su pluma hecha vengativo látigo, descarnó el fondo de las   Times de que para este filme se utilizan fragmentos de nuestras obras musicales.
            intenciones de los cineastas provocadores con un vibrante artículo publicado en   De más está recordar que ninguno de nosotros ha podido, ni podía dar su consen-
            febrero de este año en la revista soviética Cultura y Vida Pública. En su extenso   timiento para que nuestra música fuera utilizada de modo alguno en la película El
            artículo, entre  otras cosas, dice Ehrenburg:                             talón de hierro. Sabiendo de antemano que los compositores soviéticos rechazarían
                                                                                      airadamente cualquier puesta de ese tipo, los negociadores del cine de la compañía
                En el escenario de la película El talón de hierro, apresuradamente preparado por los   Siglo XX no vacilaron en recurrir al fraude robando nuestra música para su vil pelí-
                norteamericanos, hay una escena que no puede menos de conmover a todo hombre,   cula....
                cualquiera que sea su pensamiento y el sitio donde viva. Uno de los borrachos, Kulin,
                dice: “Defendíamos  Stalingrado, la nieve estaba teñida de sangre. Pedí un volunta-  El regocijo de los cineastas, pues, ha debido enfriarse mucho ante esos resul-
                rio para una misión peligrosa. No salió ninguno, entonces ametrallé a boca de jarro  tados, y mucho más ante el repudio general que ha sufrido la película citada por
                a 51 rusos. El 52 se hizo voluntario. No tuve ya dificultades y salieron más volun-  parte de los grandes públicos de Europa y de su mismo país, los cuales se han
                tarios de los que hacían falta, ja, ja...”. Todo el universo sabe que si Europa se libró  dado cuenta de que ella significa un atentado contra los ideales de paz y confra-
                de la tiranía nazi, si salieron los prisioneros de los campos de exterminio, si no hay  ternidad universales y una burla y provocación contra el pueblo a quien toda la
                más komendatur [sic]  en París, si sobre Londres no se esparcen más bombas, si las  humanidad debe el más grande de los sacrificios por la liberación del monstruo
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                madres norteamericanas recibieron a sus hijos felizmente después del paseo militar  nazi, para la consecución de un mundo mejor. El telón de hierro se ha bajado,
                por Europa, se lo deben ante todo a que en esa franja de tierra, en los días más terri-  en verdad, pero para la cinematografía yanqui apresada angustiosamente en el
                bles, en otoño del año 42, hombres soviéticos resistieron hasta la muerte, perecieron  puño de los belicistas.
                pero no retrocedieron. Y de las tumbas de esos héroes se burlan hoy los canallas de la
                Fox. Yo no sé lo que hizo durante la guerra el sujeto llamado Milton Grim [sic]. Yo no                                              S/f.
                sé si fueron llamados al servicio militar los actores que interpretan los papeles de El
                talón de hierro. Yo sé lo que fue Stalingrado. De hinojos deben ponerse ante nuestras
                madres, ante nuestras viudas, deben recordar humildemente el gran nombre...


               Junto a la palabra de Ehrenburg, los grandes músicos alzaron también su
            protesta  indignada.  Shostakóvich,  Prokófiev,  Jachaturián  y  Miaskovski,  al


            8   Kommandantur: del alemán, comandancia. (n. de la E.).
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