Page 97 - Sábado que nunca llega
P. 97

sábado que nunca llega


              Maratón  para  Veteranos de Embustes Extraordinarios,
              auspiciado por la Hermandad Corsa. El cierre de la puerta
              a las ocho y media en punto de la noche seguía en el más
              intrigante misterio.
                  En San José empezó a tomar cuerpo una idea subrep-
              ticiamente introducida: la incertidumbre permanente no
              puede carcomer el alma de un pueblo. Los habitantes
              del municipio estaban decididos, en cuerpo y alma, a
              poner fin a todos los enigmas que diariamente asaltaban
              la tranquilidad de la noche. Pietro podía tener muchos
              poderes, pero los sanjosenianos no se iban a pasar toda la vida
              rumiando el secreto, discutiendo el enigma, imaginando el
              clave, mentalmente aplastados por el misterio de la puerta
              de hierro que bajaba a las ocho y media con su concierto
              de ruidos escalofriantes y extraños. La normalidad, aunque
              monótona, era preferible a la anormalidad desconocida, al
              sobresalto a la medianoche, al miedo causado por la brisa que
              apagaba la vela intempestivamente. La tranquilidad sobre
              todo, eso era todo. Como antes. San José volvería a ser San
              José sin intervención extranjera: ni europea, ni espiritual
              ni de ninguna naturaleza. «Primero la patria», sostenía
              aberradamente el Comité pro Depuración de la misma.
                  El malestar empezó a manifestarse de diferentes
              maneras. Hojas volantes  se metían  por debajo  de las
              puertas denunciando al ser foráneo como un peligro
              tanto para la chica como para la patria grande; defender
              el terruño era defender la nación entera de extranjerismos
              impertinentes. Otras hojas mimeografiadas revoloteaban
              por el mercado y la plaza como mariposas blancas, azules y
              rosadas, preñadas de patrióticos mensajes. Hasta un afiche
              hizo acto de presencia en los muros y paredes, llamando
              a cerrar filas en defensa del gentilicio, la idiosincrasia y

                                         87
   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101   102