Page 84 - Perforación mediática
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Por esos mismos días, el 11-11-09, miles de personas en
el mundo protestaban por las bases militares instaladas en sus
países. Los japoneses salieron a las calles para exigir el cierre
definitivo de las bases yanquis en su territorio, enclavadas allí
cuando todavía no se apagaba el estruendo de las bombas sobre
Hiroshima y Nagasaki, si es que alguna se apagó.
De este lado del Pacífico, en la pequeña Panamá, heroicos
estudiantes que no se bajan los pantalones sino que protestan,
manifestaban contra la instalación de una base para aeronaves en
su país. Solo en Venezuela, una miope dirigencia oposicionista
guardaba un vasto silencio, no de leones sino de ratones, ante la
amenaza cierta del enclave militar estadounidense en nuestra
vecindad.
Esas bases apuntan a matar cuatro pájaros con una sola
piedra, o más propiamente, con un solo bombardeo: 1) Salir
definitivamente de Hugo Chávez. 2) Como consecuencia de
lo anterior, acabar con los procesos de integración de América
Latina, llámense Alba o Unasur. 3) Controlar Estados Unidos las
primeras reservas de petróleo y las quintas de gas del planeta. Y
4) Cristalizar la voraz oligarquía colombiana su viejo sueño de
apoderarse del golfo de Venezuela.
No los apátridas, pero sí los escépticos y desinformados
deberían leer el viejo libro de Jacques Bergier y Bernard Thomas,
titulado La guerra secreta del petróleo. En sus páginas encontrarán
la revelación de cómo los hidrocarburos estuvieron en la moti-
vación y causa de casi todas las guerras del siglo XX. Una nueva
edición de la obra debería incluir, por la misma causa y motivo,
las guerras de Irak y Afganistán.
La obsesión con Chávez ciega a la extraviada oposición
criolla y a las grandes corporaciones mediáticas. ¿Los ciega o
se ciegan? En la hipótesis negada de que los gringos y la oligar-
quía cachaca se salieran con la suya, esos oposicionistas y los
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