Page 78 - Perforación mediática
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El ex ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel
Santos, buscaba polarizar con Chávez para mantenerse “a la pata”
del presidente Uribe en la pugna por la Casa de Nariño. Cada
disparate que Santos vomitaba contra Venezuela o su presidente
lo disparaba en las encuestas. Después de ganar las elecciones, se
dejó de eso. Si Chávez no existiera, los personajes antes citados lo
tendrían que inventar. O rectifico: ya cada uno de ellos se inventó
su Chávez a la medida.
Pero no solo los políticos trepan sobre los hombros del
Hugo Chávez que se inventan o al que toman de la feroz campa-
ña propagandística mundial desatada en su contra. Como diría
Aníbal Nazoa, cualquier güelefrito que quiera hacerse célebre, le
basta con emprenderla contra el mandatario venezolano.
Hace algún tiempo escribí un artículo titulado “Hágase
famoso, demande a Chávez”. Todo aquel que se inventaba una
querella contra el Presidente se convertía en el centro de la prensa,
radio, televisión y cadenas internacionales. Solteronas desahucia-
das se hicieron apetecibles, abogados anónimos se convirtieron en
suerte de Licurgos de los medios, cadáveres políticos resucitaron
sin pasar por las penurias de Lázaro, profesores desconocidos se
transformaron en académicos de número.
La farándula olfateó el asunto y se amarró al largo olor
del éxito. Alejandro Sanz se inventó persecuciones de Chávez
cuando Chávez, al susodicho, ni siquiera lo ignoraba, que diría
Mario Moreno. A esta pobre víctima de su propio “tirano” virtual
se le multiplicaron los contratos y premios. Engolosinados, se le
sumaron Bosé, Juanes y, por su solidaridad con una paja mental,
sus acciones, cartel y caché subieron como la espuma. También
el grupo Maná metió a Chávez en su último video y los comen-
tarios le dieron la vuelta al mundo. Los de Maná, por supuesto,
ignoraban lo que es Barrio Adentro o la Operación Milagro. Su
problema es mercantil y promocional, vender su recién estrenado
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