Page 77 - Perforación mediática
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cruentos contra gobiernos, democráticos o no, de cualquier parte
del planeta.
Se trata, no nos engañemos, de una lucha intensa frente a
un enemigo colosal. Con la unidad pueblo-Fuerza Armada ya
se le derrotó en abril y diciembre de 2002. Otra vez se plantea
el reto ante la agresión que, con maquillaje jurídico, se dispara
desde tribunales de Nueva York. El gobierno de Estados Unidos
se lava las manos y pregona al mundo que nada tiene que ver con
la acción ni con la transnacional Exxon. Los ángeles desnudos de
las fuentes y parques de Washington se llevan el pulgar a la boca.
Dentro de Venezuela, se activa la acción de los connacio-
nales contra la nación. Es una vieja, indignante y triste historia.
Las transnacionales del petróleo la conocen muy bien y saben
el precio de cada lacayo. El pueblo y los trabajadores de PDVSA
también tienen experiencia en este tipo de luchas. Hace apenas
cinco años lo demostraron.
EL CHÁVEZ DE BUSH
Cada quien tiene su Chávez y cada cual le saca rédito a su ma-
nera. El último fue el expresidente del imperio, George Bush,
quien para arrancar el apoyo del Congreso a su Tratado de Libre
Comercio (TLC) con Colombia, ya sin argumentos, recurrió al
trapo rojo del presidente venezolano para persuadir a los repre-
sentantes estadounidenses. “Colombia enfrenta una posición hostil
de Venezuela”, advirtió el jefe de la primera potencia del planeta.
En México, para detener la candidatura de López Obrador,
se desató una campaña de mentiras de su supuesta relación o
identificación con Hugo Chávez. En Perú, el cadáver insepulto de
Alan García cazó una pelea loca con el comandante bolivariano y
resucitó en la presidencia. Después, se abrazó con el mandatario
venezolano.
77 Earle Herrera