Page 350 - La escena contemporánea y otros escritos
P. 350
La escena contemporánea y otros escritos
de Palestina tiene que ser obra de trabajadores rurales. A la reconstruc-
ción del hogar nacional judío en Palestina se opone, además, la resistencia
de los árabes, que desde hace más de doce siglos poseen y pueblan ese
territorio. Los árabes de Palestina no suman sino 800,000. Palestina puede
alojar al menos una población de cuatro a cinco millones. De otro lado,
como escribe Charles Gide, los árabes “han hecho de la Tierra Prometida
una Tierra Muerta”. El ilustre economista les recuerda “el versículo de El
Corán que dice que la tierra pertenece a aquél que la ha trabajado, irri-
gado, vivificado, ley admirable, muy superior a la ley romana que nosotros
hemos heredado, que funda la propiedad de la tierra sobre la ocupación y
la prescripción”. Estos argumentos están muy bien. Pero, por el momento,
prescinden de dos hechos: 1º) Que los israelitas no componen presente-
mente más qué el diez por ciento de la población de Palestina, y que no
es probable una fuerte aceleración del movimiento inmigratorio judío; y
2º) Que los árabes defienden no sólo su derecho al suelo sino también
la independencia de Arabia y de Mesopotámia y en general del mundo
musulmán, atacado por el imperialismo británico.
Los propios intelectuales israelitas, adheridos al sionismo no exaltan
generalmente este movimiento por lo que tiene de nacionalista. Es nece-
sario, dicen, que los judíos tengan un hogar nacional, para qué, se asilen
en él las poblaciones judías “inasimilables”, que se sienten extranjeras
e incómodas en Europa. Estas poblaciones judías inasimilables —que
son las que viven encerradas en sus ghettos (barrios de israelitas), boico-
teadas por los prejuicios antisemitas de los europeos, en la Europa central
y occidental—, representan una minoría del pueblo de Israel. La mayoría
incorporada plenamente en la civilización occidental, no la desertaría, no
la abandonaría seguramente para marchar, de nuevo, a la conquista de la
Tierra Prometida.
Einstein halla el mérito del sionismo en su poder moral. “El sionismo
—escribe— está en camino de crear en Palestina un centro de vida espi-
ritual judía”. Y agrega: “Es por esto que yo creo que el sionismo, movi-
miento de apariencia nacionalista, es en fin de cuentas, benemérito a la
humanidad”.
El renacimiento judío, en verdad, existe y vale, sobre todo, como
obra espiritual e intelectual de sus grandes pensadores, de sus grandes
349
BM_Laescenacontemporaneayotros escritos_TomoI.indd 349 08/10/10 17:48