Page 76 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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76  Rafael Ramón Castellanos



                 para hacer la guerra como la han hecho todas las naciones del mun-
                 do, aun las más bárbaras.
                   No tengo fusiles ni pólvora para enviar a Vd., y aun cuando hu-
                 biera, no los remitiría por no concurrir ni indirectamente a la ejecu-
                 ción inhumana que Vd. ha empezado.” 99
               La otra correspondencia fue para el General Bolívar la cual el coronel An-
             tonio Nicolás Briceño dató el mismo día que la anterior. Aquél le contestó
             muy molesto:
                   advierto a Vd. que en lo adelante de ningún modo podrá pasar
                 por las armas, ni ejecutar otra sentencia grave contra ningún indi-
                 viduo, sin pasarme antes el proceso que ha de formarse para su sen-
                 tencia con arreglo a las leyes y órdenes del Gobierno de la Unión.
                                                                         100
               Con lo ya expuesto se explica que había hecho posible tales desmanes, la

             sed de exterminio mutuo. Para el 15 de junio del mismo año de 1813 el
             Libertador daría en Trujillo base legal a esa posición tétrica que fue la guerra
             a muerte y su proclama no dista mucho del criterio de Antonio Nicolás
             Briceño, pero asoma la benignidad para quienes, aun siendo españoles o
             canarios, no conspiren contra la nueva patria. El texto de aquella minuta
             no puede pasarse por alto para poder entender la rabiosa contienda que
             sembró el horror y la muerte por todas partes:

                   Tocados de vuestros infortunios, no hemos podido ver con in-
                 diferencia las aflicciones que os hacen experimentar los bárbaros
                 españoles, que os han aniquilado con la rapiña, y os han destrui-
                 do con la muerte: que han violado los derechos sagrados de las
                 gentes: que han infringido las Capitulaciones y los tratados más
                 solemnes; y en fin han cometido todos los crímenes, reduciendo
                 a la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así
                 pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a


             [ 99 ]_ BRICEÑO PEROZO, Op. Cit, p. 186-187.

             [ 100 ]_ LECUNA, Vicente.- Catálogo de errores y calumnias. Tomo 1, p. 295.
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