Page 80 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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80  Rafael Ramón Castellanos



               Como en 1812 el Poder Ejecutivo de la Unión se hallaba revestido de
             facultades dictatoriales acordó evitar la deserción con “una pena terrible
                                                          104
             que destruya de una vez el crimen y los criminales”  y en la introducción
             se patentiza una amenaza directa, firme y de muy fácil interpretación:
                   Soldados delincuentes, temblad: el arma misma que se os ha
                 entregado para que defendáis la Patria va a vengarla de vuestra
                 ingratitud e infidelidad; la pólvora y el plomo descargados sobre
                 vuestros corazones serán los instrumentos de su terrible justicia;
                 enmendaos o pereced. 105
               Pero el principio de ajustarse a los cánones del Derecho Español vigente
             no escapó a los asesores jurídicos y a los juristas mismos del triunviro. El
             artículo 5° es determinante en cuanto a la obligatoriedad del Sumario y el
             derecho a la defensa de acuerdo con lo estatuido en el mismo decreto, lo

             cual se ejercitó cabalmente en los pocos meses que aún revistió la Primera
             República.
               Aún hay algo más. El “Decreto Penal contra los traidores, facinerosos
             y desafectos a nuestro gobierno” de la misma fecha, también es de una
             potencia medular. El artículo 9° es del tenor siguiente:

                   Los delitos que el gobierno se propone castigar de este modo ri-
                 guroso y terrible son, primero: los de aquellas personas que tratan
                 de formar partido contra nuestro sistema, con obras, atacándonos
                 directamente o prestando auxilio a nuestros enemigos, o con pa-
                 labras, seduciendo las gentes incautas, animándolas para que se
                 reúnan contra nosotros o se pasen al enemigo, o lo reciban con
                 gusto en el caso de que él se presente. Los que incurran en este
                 crimen serán pasados por las armas. 106


             [ 104 ]_ Textos oficiales de la Primera República de Venezuela. Caracas: Ediciones de la Pre-
             sidencia de la República, 1983. T.I, p. 51.
             [ 105 ]_ Ibídem.

             [ 106 ]_ Ídem, p. 57.
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