Page 68 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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68  Rafael Ramón Castellanos



               No otra actitud había demostrado Domingo Monteverde en 1812, por
             lo cual no perdía vigencia el patético documento de Bolívar en Cartagena,
             de fecha 2 de noviembre de dicho año, el cual termina así:
                   Pues no, americanos, no seamos más tiempo el ludibrio de esos
                 miserables, que sólo son superiores a nosotros en maldad, en tanto
                 que no nos exceden en valor; pues nuestra indulgencia es sola la que
                 hace toda su fuerza. Si ellos nos parecen grandes, es porque estamos
                 prosternados.
                   Cerremos para siempre la puerta a la conciliación y la armonía;
                 que ya no se oiga otra voz que la de la indignación. Venguemos tres
                 siglos de ignominia que nuestra criminal bondad ha prolongado, y
                 sobre todo, venguemos condignamente los asesinatos, robos y vio-
                 lencia que los vándalos de España están cometiendo en la desastra-
                 da e ilustre Caracas.

                   ¿Pero podrá existir un americano que merezca este glorioso nom-
                 bre que no prorrumpa en un grito de muerte contra todo español,
                 al contemplar el sacrificio de tantas víctimas inmoladas en toda la
                 extensión de Venezuela? ¡No, no, no! 83
               El citado Blanco Fombona hace hincapié en cuanto a que Boves inicia

             y consolida una guerra insana, fratricida, con imperdonables crímenes en
             donde la crueldad fue el símbolo para la destrucción de vidas humanas.
             Desde su Cuartel General en Calabozo, el 1° de enero de 1814 le daría una
             orden al capitán Antonio García que es una de las más tétricas demostra-
             ciones de ferocidad:
                   pasar a destruir el Cantón de Camatagua... con las armas que ya
                 le he dicho. A los picaros (que eran los patriotas) quitarles la vida,
                 pues yo confío en su eficacia y hombría de bien que cumplirá muy
                 exactamente. 84



             [ 83 ]_ MUÑOZ, Gabriel E.- Monteverde: cuatro años de historia patria 1812-1816. Cara-
             cas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1987. Tomo 1, p. 388.

             [ 84 ]_ BLANCO FOMBONA, Op. Cit, p. 131.
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