Page 64 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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64  Rafael Ramón Castellanos



             observando los supuestos ofrecimientos del contrincante se paseó por un
             profundo análisis que le dio por resultado un balance de triunfador durante
             el anterior año, asunto que lo alejaba de la negociación sugerida por Mo-
             rillo. Por otra parte tenía a su favor todas las formalidades que le hicieron
             pensar que aquella solicitud no era otra cosa que un escape dilatorio para
             consolidar posiciones. Transcurren los días y él prosigue estudiando el plan-
             teamiento “caballeroso” del Jefe realista. Madura discernimientos y acuer-
             da enviar Comisionados a una mesa de discusiones para un preconcebido
             Tratado de Armisticio. Está iluminado por la estrella de su fe batalladora y
             planifica hacer lo mismo que el contrario ha pensado: unir esfuerzos, con-
             centrar tropas, definir límites de regiones liberadas y, por sobre todo, causar

             sensación de poder, aún más allá del continente.
               Echada estaba pues la suerte a su favor, inspirada al comienzo por el Jefe
             realista, pero tomada para sí por los patriotas y Antonio José de Sucre ha de
             ser el artífice de los preceptos respectivos. Ya el joven soldado venía con la
             aureola ceñida en menesteres semejantes, aunque en áreas locales derrotan-
             do las estériles pugnas de los próceres. Experiencia le sobra y mucho más

             en lo que respecta al Tratado de Regularización de la Guerra, pues como ha
             sido víctima directa de la lucha de exterminio, y como la ha sentido en toda
             la dimensión de un dramático panorama inenarrable, sólo él, que pudiera
             alimentar severa sed de venganza o de retaliación, será la lumbrera para el
             entendimiento en materia tan comprometida y tan comprometedora.
               Sucre había escrito pues las bases de un Tratado que permanecerá indefi-
             nidamente en la historia del Derecho universal, que habrá de fomentar una
             rama desconocida como es el Derecho Internacional Humanitario que, sin
             discusiones de ninguna égida, brota de su talento, de su juicio de político,

             de caudillo y de estadista. Este será un camino cierto hacia la humanización
             de la guerra, hasta tal punto que:
                   el jurista ecuatoriano, doctor Jorge Salvador Lara, logró que en el
                 XV Congreso Mundial de Historia, celebrado en Bucarest, Ruma-
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