Page 59 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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La dimension internacionaL deL Gran mariscaL de ayacucho 59



             eterno de generosidad y de filantropía, y que sobre aquella piedra
             se renovasen sus promesas de cumplirlo estricta y fielmente, dando
             de este modo un carácter más augusto y religioso a aquel convenio,
             que debía llamarse el de la conservación de los que en lo sucesivo
             sean destinados por los dos Gobiernos a sostener sus derechos. El
             Presidente adoptó la idea con transporte y los dos condujeron al
             lugar donde se encontraron y abrazaron la primera vez una piedra
             angular, que será la primera que servirá para la columna. Sobre ella
             se abrazaron de nuevo y reiteraron sus ofertas haciendo lo mismo
             cada uno de los oficiales de España y de Colombia: también propu-
             so el General Morillo que los dos Gobiernos destinaran Ingenieros
             que se encargaran de esta obra, y que se dibujase una estampa que
             representara al Presidente de Colombia y al General Morillo en el
             acto de abrazarse la primera vez.
               Era admirable y aun encantador, ver como la naturaleza recobró
             allí todo su poder haciendo olvidar las exterioridades de la etiqueta.
             Allí todos eran hombres: las dos naciones estaban confundidas y
             suspendiendo las trabas injustas que separan a los hombres, presen-
             taban los corazones, sus sentimientos, tales cuales eran. Los españo-
             les y los colombianos se estrechaban, se unían y se amaban como
             tiernos hermanos. ¡Ojalá que los dos Pueblos hubieran sido testigos
             de este espectáculo arrebatador! ¡Ojalá que el grito poderoso de la
             naturaleza, se haga oír a pesar del espantoso ruido de las pasiones
             injustas!

               Multitud de brindis generosos y propios del día contribuyeron a
             hacerlo más agradable y a aumentar progresivamente la confianza y
             la alegría de la concurrencia.

               A la heroica firmeza de los combatientes de uno y otro Ejército,
             a su constancia, sufrimiento y valor sin ejemplo. A los hombres
             dignos, que al través de males horrorosos, sostienen y defienden
             su libertad. A los que han muerto gloriosamente en defensa de su
             Patria o de su Gobierno. A los heridos de ambos ejércitos que han
             manifestado su intrepidez, su dignidad y su carácter. Odio eterno
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