Page 242 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
P. 242

242  Rafael Ramón Castellanos



                 rrete y Sáenz.  Además de su inclinación innata por ver ondear los
                            335
                 pabellones de la libertad en todos los horizontes de América, hervía
                 en sus venas un fenómeno telúrico inclaudicante.
               Cuando Sucre recibe la carta de Bolívar que ya reprodujimos, no medi-
             ta la respuesta y la da desde Potosí el 4 de abril de 1825 con su habitual
             bondad para las reclamaciones, pero en donde aflora la ecuanimidad de un
             Gran Capitán, aunque se precipitó en esta travesía espiritual, ya que muy
             breve fue el tiempo que se tomó para elaborarla. Analicémosla:

                   Hace una hora que recibí la carta de Vd. del 21 de febrero. Ella me
                 ha dado un gran disgusto, pero no con Vd. sino conmigo mismo
                 que soy tan simple que doy lugar a tales sentimientos. Este disgusto
                 es lo que Vd. me habla en cuanto a las provincias del Alto Perú, res-
                 pecto de las cuales he cometido un error tan involuntario; pero mi
                 solo objeto fue cumplir las intenciones de Vd. Mil veces he pedido
                 a Vd. sus instrucciones respecto a el Alto Perú y se me han negado
                 dejándome en abandono; en este estado yo tuve presente que en
                 una conversación en Yucán (pueblo cerca de Yanahuanca) me dijo
                 Vd. que su intención para salir de las dificultades del Alto Perú era
                 convocar una asamblea de estas provincias. Agregando a esto lo que
                 se me ha dicho de oficio de que exigiese de Olañeta que dejara al
                 pueblo en libertad de constituirse, creí que este era el pensamiento
                 siempre de Vd., nunca me figuré que se trataba de Buenos Aires
                 porque ¿qué orden ni gobierno había en Buenos Aires? Además
                 ¿por qué esta misma carta que Vd. me escribe ahora no la hizo tan-
                 tas veces que le he pedido órdenes sobre este país? ¿Yo soy adivino
                 para penetrar qué es lo que se quiere después de haberse mostrado
                 otra cosa? Vd. sabe, mi general, que yo no tengo aspiración ni mira
                 alguna ni en este ni en ningún país; mi solo desvelo es complacer
                 a Vd. en su carrera de salvarnos. He creído en mi corazón que el




             [ 335 ]_ RUIZ DE ZARATE, Mary.- 200 años de Antonio José de Sucre, hijo y nieto de
             cubanos. (En Juventud Rebelde. La Habana, Cuba: 3 de febrero de 1995).
   237   238   239   240   241   242   243   244   245   246   247