Page 182 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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182  Rafael Ramón Castellanos



                 el espíritu del siglo y con el grado de civilización a que han llegado
                 los hijos de ambos mundos: nada me resta sino acreditar a Vd. cuán
                 plausible me sea en que por incidencias de una guerra ya terminada
                 en mi país y próxima a finalizar en toda la América del mediodía, me
                 vea en un contacto inmediato con Vd. a quien personalmente me
                 honro de profesar una consideración muy distinguida.
                   Si Vd. en uso de ella tuviese la franqueza de ocuparme individual-
                 mente, tendré un placer en servirle con prontitud y esmero. Las vir-
                 tudes militares de un guerrero siempre son estimables y no están en
                 contradicción con las relaciones privadas entre sociedades que sólo se
                 diferencian por sus opiniones divergentes. Tal ha sido mi conducta
                 hasta el día: tal será la misma en adelante y bajo de ella me es muy
                 agradable ofrecerme a Vd. como obsecuente amigo y muy humilde
                 servidor. 257

               En la misma fecha, envía al Virrey José de la Sema, Teniente General de los
             ejércitos españoles el siguiente mensaje:
                   El gobierno de Colombia al tiempo que no excusa sus armas a
                 los enemigos de la causa del nuevo mundo, solicita la paz por todos
                 los medios que están a su alcance; y la actual situación de Europa le
                 ofrece un campo que gustosamente aprovecha para negociarla con el
                 ejército español en el Perú. 258
               Su empeño es encontrar la consolidación de la independencia americana
             sin necesidad de volver a dirimir posiciones en los campos de batalla. Deses-
             pera en esta idea que ha alimentado siempre. Si algún analista incauto leyera

             y releyera estas correspondencias del general Sucre para los jefes españoles,
             podría pensar que su tarea es de condescendencia y no de definición para
             entablar la lid, pero no, a través de la historia no encontramos con facili-
             dad casos similares. Un hombre que implora la clemencia, que sueña evitar



             [ 257 ]_ SUCRE.- De mi propia mano, p. 100-101.

             [ 258 ]_ Ídem, p. 119.
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