Page 136 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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136  Rafael Ramón Castellanos



               La lucha se va a prolongar durante muchos meses. Fracasos y triunfos
             se suman en la agenda de los patriotas, pero privarán y harán sus efectos
             plausibles y connotados, las cualidades de negociador de Antonio José de
             Sucre, con ese su procedimiento de hacer cada vez más formidable la ac-
             ción negociada, pues así evitaba la confrontación, a veces estéril. Sin em-
             bargo se conmueven los mandos del ejército patriota cuando en diciem-
             bre de 1821, desembarca con una fuerza muy importante en el puerto de
             Esmeraldas, el Mariscal de Campo español Juan de la Cruz Modragón, lo
             que no obstante le da a Antonio José de Sucre la oportunidad de lucirse

             aún más. Veamos su correspondencia del mismo 20 de enero de 1822,
             para el recién llegado:
                   Me ha sido satisfactoria la noticia de haber llegado V. E. a esa
                 ciudad, porque siempre es lisonjero tener por enemigo un hom-
                 bre liberal, más bien que vasallos, que, o son liga dos al servilismo,
                 o aunque humanos por sentimientos, no aprovechan el uso de su
                 filantropía. La retribución de V. S. a la conducta generosa de S. E.
                 el Libertador de Colombia, dando V. S. libertad a nuestros oficia-
                 les que gemían en calabozos sin subsistencia y sin socorro alguno
                 para corresponder a la indulgente medida de S. E. de licenciar a
                 los oficiales españoles prisioneros en la última campaña, es muy
                 estimable; y yo me hago un placer y una obligación de agradecerla
                 a V. S.
                   Será permitido sin embargo observar que en mi comunicación
                 dirigida al antecesor de  V. S. propuse juramentar los oficiales
                 mientras viniese un documento fidedigno del número de lo que
                 debía el gobierno español al de Colombia y procediésemos al can-
                 je de los indicados documentos, para que unos y otros quedasen
                 incorporados en sus banderas; pero siendo V.S. testigo ocular de
                 aquella verdad, es llegado el caso de ejecutar y realizar el canje
                 remitiendo a V. S. los recibos duplicados del número y clase de
                 los oficiales de la república venidos de ésa para que haciendo con
                 dichos recibos el uso correspondiente en favor de los prisioneros,
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