Page 66 - La Campaña de Quito
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Felipe de la Barra 65
el Pichincha, ya las primeras fracciones de la vanguardia enemiga ha-
bían alcanzado la loma.
Fracasado por esta causa el intento de la sorpresa, decide el coro-
nel López tomar a viva fuerza la loma, cuya pronta ocupación le per-
mitiría todavía caer sobre los patriotas y destruirlos por lo menos en
parte. Para abatir la resistencia que oponen los cazadores y el batallón
N.º 2, empeña a la vanguardia, mientras a retaguardia va formando su
segunda línea de combate.
Pero trascurre el tiempo, llegan otras fuerzas enemigas que in-
tensifican la defensa y aunque la vanguardia, reforzada ya por tropas
del grueso, ha conseguido en cierto momento ganar algún terreno, él
constata por fin la impotencia de sus esfuerzos que hasta ahora son
ejercitados en forma de un brusco ataque de frente. Resuelve, enton-
ces, combinar este ataque con uno de flanco, para cuyo efecto prescri-
be a una parte del Aragón envolver el flanco izquierdo de los patriotas
y atacar por retaguardia. Esta tropa consigue desbordar un tanto el
flanco señalado y efectuar algunas descargas, pero es contraatacado
por el Albión y finalmente rechazado en desorden.
El ataque del Aragón ha fracasado pues, en primer lugar, por el
tiempo de suyo largo que forzosamente ha debido emplear para des-
plazarse por un terreno difícil y llegar cerca de su objetivo, dando
margen con ello a que el enemigo pudiese ya disponer de la totalidad
de sus tropas; y luego por su efectivo reducido (dos compañías), muy
insuficiente por cierto para llevar y sostener un ataque a fondo o parar
contraataques, mucho más cuando el comando no cuenta ya —en el
momento que él se produce—, con reservas para apoyarlo o hacer sen-
tir un esfuerzo intenso sobre otro punto del frente adverso, porque en
el trascurso de dicha maniobra ha ido gastando sus tropas de segunda
línea en alimentar a las de primera.
Para que la decisión que comentamos apareciera con el acierto
que era de desearse, el comando debió tomarla bajo cualquiera de estas
dos formas: lanzar el ataque a la hora y con el efectivo que lo hizo, pero
a condición precisa de mantenerse listo para intervenir con el resto
de sus tropas, no empeñadas, por el punto y en el momento que fue-
ran favorables (ya que no pensó en llevar estas por aquella dirección),