Page 62 - La Campaña de Quito
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VII. Estudio crítico de la batalla
Patriotas
Conocida la acción tal como se realizó, pasemos ahora a su estudio
analítico, esforzándonos por descubrir si su conducción se informó en
los principios que son fundamentales y que como tal rigen el espíritu de
todo hecho de armas.
Cuando los primeros elementos de la vanguardia hubieron alcan-
zado la loma del Pichincha, el espionaje anunció la presencia de fuerzas
enemigas que ascendían de la dirección de Quito. El coronel Santa Cruz,
entonces, envió a los cazadores a reconocerlas y él mismo siguió con el
N.º 2; y cuando constata la veracidad del dato y descubre todavía que
es todo el grueso realista el que avanzaba, se posesiona fuertemente del
terreno y empeña de hecho estas primeras tropas. He aquí, pues, un jefe
de vanguardia imbuido de su papel.
¿De qué se trataba por el momento? De permitir al resto de la
vanguardia su reunión y despliegue, y con esto asegurar al comando su li-
bertad de acción. Mediante una enérgica y decidida resistencia, “oponien-
do al enemigo una barrera infranqueable de fuegos”, según expresión del
parte oficial de Santa Cruz, consigue que el comando se prevenga para el
combate y, lo que es más primordial, que el grueso disponga del tiempo
suficiente para salir del peligroso desfiladero por el que hasta entonces
marchaba.
Sin esa pronta decisión, ejecutada enérgicamente, y al no haber con-
tado con tropas valerosas y disciplinadas como fueran las peruanas, es
indudable que los realistas habrían ganado la loma y desde allí fusilado
por lo menos a la vanguardia; es decir que la sorpresa estratégica, que in-
dudablemente sufrió el patriota, habría llegado hasta la sorpresa táctica,
siendo entonces sus resultados funestos.
Habiendo tocado este interesante punto y antes de pasar adelante,
precisa referirse a las disposiciones del comando para la ejecución del
movimiento a Añaquito.
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