Page 56 - La Campaña de Quito
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sin llegar —como Napoleón en Austerlitz— a empeñarlas en su totali-
dad porque el enemigo se ha declarado ya en derrota.
La caballería que hasta entonces había sido un instrumento te-
rrible en manos del jefe realista Boves y del republicano Páez, pero
manejado rudimentariamente sin atenerse a más principio táctico que
el valor de los jinetes para el choque brusco, adquiere por la época que
estudiamos, en el campo republicano sobre todo, una organización
más regular y con formaciones precisas para la maniobra, la que había
sido difundida por los oficiales franceses o ingleses que de continuo
se daban de alta en las filas patriotas. Sin embargo, se había dejado de
lado el papel de la exploración, que en buena cuenta era reemplazado
por un servicio de información a cargo de espías, por lo que su eficacia
quedaba limitada al combate, como hemos visto. Tocó recién al gene-
ral Miller poner de manifiesto esta característica de la caballería en las
campañas de 1824.
Descripción del terreno
La ciudad de Quito se halla situada al pie de las faldas orientales de
la cadena del Pichincha, sobre un plano quebrado e irregular. Al este pre-
senta las lomas de Puengasi y Lumbisi que separan la meseta de Quito del
valle de Chillo, y al Sur, cubriendo la ciudad en esta dirección, el cerro del
Panecillo que es un desprendimiento del Pichincha. Al norte de la misma
la meseta, toma el nombre de Añaquito que va a terminar en llanura.
La senda por la que iba a seguir el ejército patriota, arranca de la
quebrada de Chillogallo ascendiendo después por alturas más o menos
elevadas del Rucu-Pichincha que, a manera de estribos o contrafuertes,
se desprenden de la masa principal, en un laberinto de cortaduras que
hacen el terreno sumamente difícil. Esta senda remata en una loma alta
que forma planicie, desde donde se divisan la ciudad, el campo de Aña-
quito y el valle de Chillogallo.
Del lado de Quito se llega a la misma por una vereda también difícil,
pero de menor pendiente que en el lado opuesto. En esa parte del Pichin-
cha, a una altura media de 3.800 metros, es donde tiene lugar la batalla
que iba a sellar la independencia de la hoy república del Ecuador.