Page 55 - La Campaña de Quito
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54                                              La Campaña de Quito (1820-1822)



               En definitiva, la infantería lleva a cabo el combate de desgaste
          mientras la caballería efectúa, en buena cuenta, el ataque decisivo.
          A tal circunstancia se debe, pues, el interés que toma cada partido
          —cuando cuenta desde luego con la superioridad en caballería— de
          luchar en un terreno que sea particularmente favorable a la acción de
          dicha arma.
               Las batallas de Vilcapugio, Ayohuma y Viluma, libradas durante
          las campañas de 1813-1815 en el Alto Perú, entre las tropas realistas
          del Perú y las patriotas de Buenos Aires, presentan ostensiblemente las
          características referidas. En cambio la de Huaqui, realizada en 1811
          en el mismo territorio, se aparta de estas, constituyendo —del lado
          realista— una brillante maniobra ofensiva que se desarrolla siguiendo
          un plan trazado de antemano y con objetivos precisos para las unida-
          des de ataque; aunque desmereciendo un tanto por el rol asignado a
          una división que es sustraída de la acción principal para guardar hacia
          atrás el puente del Inca, sobre el Desaguadero, con solo las posibilida-
          des de intervenir en caso de derrota o de un ataque por retaguardia,
          que bien visto es muy improbable.
               Solo la batalla de Chacabuco, conducida por San Martín inme-
          diatamente después del paso de los Andes (1817), y las de Boyacá y
          Carabobo, especialmente, libradas por Bolívar en Nueva Granada y
          Venezuela (1819-1821), presentan signos un tanto marcados de la ba-
          talla napoleónica.
               En efecto, en Chacabuco un ataque secundario que fija al ene-
          migo por su frente y lo desgasta, mientras el grueso maniobra para
          envolver el flanco izquierdo del mismo, cosa que se obtiene comple-
          tamente.
               En Boyacá, libertad de maniobra del jefe (Bolívar) mediante tro-
          pas reservadas en número suficiente, que las emplea, llegado el mo-
          mento favorable, sobre una de las alas del enemigo que ha elegido
          como punto de ataque.
               Finalmente, en Carabobo, envolvimiento del frente realista por la
          derecha, obligando al enemigo a cambiar bruscamente la orientación
          de su dispositivo y al empeño prematuro de sus reservas, en tanto que
          Bolívar mantiene sus reservas íntegramente y a su libre disposición,
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