Page 35 - Influencia de las mujeres en la formación del alma americana
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34 34  INFLUENCIA DE LAS MUJERES EN LA FORMACIÓN DEL ALMA AMERICANA

             Era “entrometida y desenvuelta”, dice Bernal Díaz al presentarla.
          ¡Cuánto sabor encierran en su rudeza arcaica estos dos adjetivos y
          cuánto se lee a través de ellos! “Entrometida y desenvuelta”, es decir,
          servicial, alerta, de palabra aguda y discreta con algo de coquetería
          y mucho de generosidad ingénita. A medida que avanza el vivísimo
          relato de Bernal Díaz, la sentimos actuar y la vamos conociendo
          hasta trabar amistad íntima con ella. Es amiga entusiasta de la
          novedad como buena mujer y como todo espíritu inquieto y creador.
          Es crédula por idealismo. Todo la deslumbra. Es el tipo de la persona
          simpática. Es la clásica mujer de sangre ligera que en todas partes se
          recibe bien porque sabe hacerse puesto y arreglar desavenencia con la
          alegría de su presencia. Los escribientes o pintores que enviados por
          Moctezuma debían darle cuenta detallada de cómo eran los inva-
          sores, entre un cielo cruzado de centellas que representan los tiros de
          bayesta, unos espíritus alados imagen de los caballos y otras fuerzas
          misteriosas, los escribientes se apresuran a estampar en la detallada
          carta el retrato de doña Marina como a una de las mayores fuerzas
          misteriosas. No hay embajada que ella no trasmita, ni proposiciones

          de paz que ella no presida al lado de Cortés. Ella va dulcificando acri-
          tudes al traducir los discursos de todos los parlamentos. Esta fe en
          su intervención como en la de una Providencia oculta nos conduce
          de continuo a través de las innumerables peripecias que va narrando
          Bernal Díaz. Hay un momento crítico, después de la toma de México
          en que Cortés parece haber olvidado todo el tacto y espíritu político
          observados hasta entonces. Se excede en rigores innecesarios. Tiene
          arrogancias de vencedor. Ofende la susceptibilidad de todo el pueblo
          al profanar la persona sagrada de Moctezuma. Se adivina el desastre
          que va a estallar; sube el descontento, se siente venir la “noche triste”
          con los horribles sacrificios de españoles al dios Huichilobos. Dan

          ganas de interrumpir la lectura y llamar el espíritu de clemencia y de
          concordia: ¿dónde estás doña Marina?
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