Page 107 - Influencia de las mujeres en la formación del alma americana
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          106  INFLUENCIA DE LAS MUJERES EN LA FORMACIÓN DEL ALMA AMERICANA
          o librepensadora. Yo creo al contrario que cuando a caballo, vestida
          de hombre, escoltada por dos negras valientes y ecuestres también
          que le servían de edecanes, cuando escoltada así por sus dos negras
          se lanzaba a la pelea, allá en el fondo de su conciencia recordando


          al inglés, al mismo tiempo que desafiaba la muerte, desafiaba el

          infierno, lo cual es el colmo del heroísmo.
             He aquí el retrato que hace de ella uno de sus contemporáneos:
          “Cuando la conocí –dice– contaría unos veinticuatro años. Tenía
          los ojos negros, atrevidos, brillantes, la tez blanca como la leche, la
          estatura regular y de muy buenas formas. De extremada viveza era
          generosa con sus amigos y caritativa con los pobres. Muy valerosa
          sabía manejar la espada y la pistola, montaba a caballo, vestida de
          hombre con pantalón rojo, ruana negra de terciopelo y sueltos los
          rizos que se desataban a su espalda debajo de un sombrerillo con
          plumas que realzaba su figura encantadora”.

             Por lo visto, a medida que aumentaban sus proezas doña
          Manuelita iba militarizando más y más su vestido. Le añadía colores
          y le cosía nuevos galones. Digo esto porque Palma cita otro retrato
          hecho poco después por un segundo testigo en el cual aparece con
          dolmán rojo, botones amarillos y brandenburgos de oro.
             Sea como fuere es lo cierto que con su uniforme, su lanza, su
          caballo y sus negras ecuestres que se llamaban Natán y Jonatás,
          doña Manuelita dio mucho que hacer a los Gobiernos del Perú
          y de Colombia cuando estos se declararon hostiles a Bolívar. Al
          ausentarse él y presentarse la menor ocasión, doña Manuelita que se
          creía obligada a guardarle las espaldas, aprovechaba la oportunidad
          y hacía una salida lanza en ristre a lo don Quijote. Estas salidas
          casi nunca tuvieron éxito, muy al contrario, pero ella sin desani-
          marse, continuaba al acecho. Por evitarse desasosiegos lo mismo el
          Gobierno del Perú que el de Colombia acabaron por desterrarla.
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