Page 143 - Guanipa-Endenantico
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Earle Herrera
José Antonio Anzoátegui? ¿Qué símil lo dibujará en sus tri-
bulaciones, qué verbo relatará los torbellinos que lo azotan en
la derrota? ¿Cómo encontrar la metáfora que plasme la épica
de su gloria?
Yo hablo de escrituras porque mi palabra está en deuda
con el Héroe que nos dio nombre, gloria y libertad. Pero pu-
diera hablar también de otras deudas: ¿Hemos sido dignos del
prócer que nació en esta ciudad, a las orillas del Neverí? El dio
su vida por nosotros, ¿qué hemos dado nosotros por su legado
y ejemplo? Nació de una familia acomodada de esta ciudad
y, al morir, el joven General dejó a una familia en la pobreza:
todo lo entregó a la Independencia. ¿Somos nosotros dignos
de ese ejemplo de honradez, de rectitud, de elevado y ético
ejercicio de la política? Hoy lo honramos en un acto solemne
y merecido. Debemos también honrarlo en la conducta ética
que marque nuestra vida cotidiana. Debemos ser como José
Antonio Anzoátegui.
Su estado natal, nuestro estado Anzoátegui, está bende-
cido por las aguas. Al norte, el mar Caribe lo baña de historia
y horizontes; al sur, el soberbio Orinoco, para decirlo con
Julio Verne, lo une con la Guayana profunda donde buscó
Alejo Carpentier los pasos perdidos de mitos y leyendas de
nuestros antepasados; por abajo, unos de los más grandes re-
servorios de agua dulce llena de vida subterránea a la Mesa de
Guanipa. Si este estado no es del signo Acuario, la astrología
es una estafa.
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