Page 142 - Guanipa-Endenantico
P. 142

Guanipa Endenantico


            Gregor, Soublette, Páez y Manuel Piar. Con este último pró-
            cer de nuestra Independencia, la vida le fue irónica. Luego de

            combatir bajo sus órdenes, le tocó formar parte del Consejo de
            Guerra que lo condenó a muerte. Así era, así fue la guerra de
            Independencia: sangrienta, implacable, cruel, épica y heroica.
            Así fueron los hombres y mujeres que en ella se enrolaron. Así

            fue la vida del General de División José Antonio Anzoátegui,
            nuestro héroe epónimo: breve, intensa, brillante, huracanada,
            admirable.


                  Su pueblo lo quiso, su ciudad lo eligió legislador, cargo
            que apreció con emoción y humildad, pero al que declinó por
            sus compromisos militares. Barcelona lo ascendió a Coronel
            por aclamación. Aquel niño de incontables travesuras, aquel

            joven jefe de pandillas locales de “insoportable conducta”, era
            recibido por su ciudad con orgullo y admiración, convertido
            en héroe de la Independencia de la patria.   


                  La letra de un corrido mexicano podría decirle que
            se fue “pronto como los elegidos, en plena gloria y en plena
            juventud”. Hace poco escribí un libro titulado La Espada so-
            bre el Fuego, donde analizo y sufro y disfruto a los poetas y

            poetisas que le escribieron al Libertador Simón Bolívar. Allí
            me detengo en el reto que significa escribir sobre los héroes:
            siempre su vida, sus hazañas, la epopeya de sus actos y azares
            superará a las palabras, sean estas dichas en prosa o en verso.

            ¿Cómo pudiéramos encontrar la imagen exacta que perfile la
            dimensión grandiosa del joven General, gallardo y valiente,



                                       142
   137   138   139   140   141   142   143   144   145   146   147