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Guanipa Endenantico
Más acá en el tiempo, al novelista Salvador Garmendia
le montaron un juicio por publicar un cuento titulado “El
inquieto anacobero”. Los guardianes de la moral y las buenas
costumbres consideraron pornográfico su relato. Igual proceso
judicial se siguió contra el entonces director del Suplemento
Cultural de Ultimas Noticias, don José Ratto Ciarlo, por pu-
blicar un relato del escritor Argenis Rodríguez e ilustrarlo
con unos dibujos que, según los censores, atentaban contra
la moral y las buenas costumbres. Los dibujos eran de un
pornógrafo llamado Pablo Picasso.
Nos tocó trabajar con el luchador revolucionario Pedro
Duno en el semanario Punto Negro. En una de sus ediciones
se denunció un caso de espionaje en las Fuerzas Armadas.
Según el doctor Jesús Angel Paz Galarraga, en el periodismo
venezolano de entonces había tres temas intocables, tabúes,
sobre los que no se debía escribir ni declarar. Estos eran la
iglesia, las Fuerzas Armadas y PDVSA. El diario El Mundo
reprodujo el texto de la denuncia aparecido en Punto Negro.
La edición de ese día fue incautada por fuerzas militares del
primer gobierno de Rafael Caldera. Su editor y dueño, Miguel
Angel Capriles, tuvo que irse al exilio antes de ser detenido.
Como su cadena de publicaciones había apoyado a Caldera
para su elección, Capriles escribió un editorial que tituló: “Así
paga el diablo”. El director de Punto Negro, Pedro Duno, tuvo
que asilarse en Chile. Entonces no existía el “autoexilio”. Era
exilio de verdad, con todas sus consecuencias y dolores.
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