Page 71 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 71
earle herrera
el programa de ajustes conocido popularmente como «El
paquete». No hubo la menor preocupación por informar
y concienciar a la población de la necesidad de los cambios
y de los beneficios a futuro de las medidas. Asimismo, las
políticas económicas de shock se aplicaron de inmediato,
dejando para un futuro sin fecha las de compensación social,
entre estas el aumento del salario mínimo. Dicho en jerga
coloquial, fue una operación sin anestesia.
El solo anuncio de las medidas provocó despidos in-
justificados, especulación con los precios de artículos de
primera necesidad, acaparamiento y otras prácticas en la
industria y el comercio que hicieron más intolerables los
efectos del paquete económico en la población. La gota
que rebasó el vaso de la paciencia popular fue la decisión
que tomaron los gremios del transporte público de elevar
las tarifas en un 100 %, cuando el Gobierno solo había
autorizado un alza de 30 %. Esta decisión de los trans-
portistas de Caracas y ciudades-dormitorios aledañas fue
la chispa, nunca la causa fundamental del estallido. Las
recetas dictadas por el Fondo Monetario Internacional
aplicadas por Pérez a pocos días de su investidura presi-
dencial, fueron creando en la población un sentimiento
de ira y frustración que redujeron a cero sus expectativas.
Cuando la mañana del 27 de febrero de 1989, al ir a tomar
el transporte para dirigirse a su trabajo y encontrarse con
un aumento del 100 %, el estallido de las protestas fue
inmediato. Su propagación por toda la ciudad y el resto
del país era cuestión de horas. Caracas había estallado. La
institucionalidad se tambaleaba. De los cerros y barrios
pobres de la capital bajaban los marginados del petróleo
hacia la ciudad de la opulencia y los rascacielos. En el fre-
nesí de la anarquía, fueron víctimas de sí mismos. No se
71