Page 65 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera
Hay libertad de expresión, elecciones, debate político,
pero el acuerdo fundamental entre los grandes actores
políticos ha tenido por resultado desnaturalizar el juego
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democrático .
Con los canales de participación cerrados y los instru-
mentos de mediación desnaturalizados, la sociedad vene-
zolana asistía impotente a un proceso de corrupción que
fue carcomiendo su credibilidad y confianza en el sistema.
En el país, un escándalo de peculado o robo de los dineros
públicos sucedía al otro, sin que nunca se castigara a los
culpables. Célebre se hizo la frase de que Venezuela era
un país de «delitos sin delincuentes». El desprestigio del
Poder Judicial era clamoroso. Quizás en pocas naciones se
hayan escrito tantos libros sobre y contra la corrupción. La
Universidad Central de Venezuela creó una cátedra libre
para estudiar y combatir el flagelo. Rafael Caldera, en su
segunda presidencia, nombró a un Comisionado Presiden-
cial contra la Corrupción, a quien a los pocos meses de
nombrado se le acusó de usufructuar indebidamente de los
aviones de la poderosa industria petrolera del Estado, Pdvsa
(Petróleos de Venezuela). Los casos han sido tantos, que se
publicó un Diccionario de la corrupción en Venezuela (1990),
cuyo autor se vio obligado a dividirlo en tres tomos. Cuando
en Colombia o España marchaban contra la violencia, en
Caracas lo hacían contra el robo de los dineros públicos,
en una manifestación que llevó el nombre de «Marcha de
los pendejos». Así la denominaron porque en declaraciones
a la televisión, el doctor Uslar Pietri dijo que así llamaban
en el país a los que eran honestos. El enriquecimiento ilícito
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A. Uslar Pietri, ob. cit., pp. 121-122.
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