Page 53 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 53
earle herrera
luz de acuerdos de otros países de América Latina, vemos
que Argentina, Brasil y México lograron reestructurar sus
respectivas deudas con períodos de pago de veinte años, con
siete años de gracia. Venezuela, en cambio, debía pagar el
monto reestructurado en catorce años, sin ningún período
de gracia. Al final de su mandato, Lusin chi lanzó una
confesión que de ninguna manera consoló a las mayorías:
«La banca nos engañó».
«Nos engañó» porque, a cambio del sacrificio que im-
plicaban las medidas dictada por el FMI, el país no recibió
dinero fresco de la banca internacional, como se había pro-
metido. Los números de las empresas públicas estaban en
rojo y las reservas internacionales en franca caída. Pero es
un engaño culpar de todos los males del país al engaño de
la banca internacional. El presidente Lusinchi y su equipo
de gobierno demostraron una total ineptitud en el manejo de
los asuntos económicos. A la ineficiencia administrativa,
hay que agregar dos factores crónicos en la vida del país
que dan el traste con cualquier gerencia: el despilfarro y la
corrupción. En efecto, a través de Recadi (la oficina gu-
bernamental que otorgaba o negaba los dólares preferen-
ciales) se propició la fuga de divisas y se dio origen a un
enorme mecanismo de corrupción.
Esta oficina, además, se convirtió en un poderoso
aparato de intervención del Estado y de control político.
Todos los sectores productivos del país debían pasar por
su sede a solicitar las divisas para la importación de los
insumos industriales y bienes que se traían de afuera, que
es como decir casi todo, desde productos agropecuarios
de la cesta alimentaria hasta el papel para la prensa. Esto
último permitió el mayor control que se hubiera ejercido
sobre los medios de comunicación en la historia nacional.
53