Page 377 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera


              quien lleva adentro, pero su responsabilidad de in-
              formar podía cumplirla perfectamente, digamos, me-
              diante la pirámide invertida, respondiendo las cinco
              preguntas clásicas, con esos instrumentos él podía
              cumplir su papel.
                  —El periodista fue golpeado en ese momento, en esos
              primeros días, por lo menos los primeros diez días, en su
              humanidad. Ya no pudo tomar distancia porque los he-
              chos estaban involucrando a toda la colectividad donde él
              vivía. Entonces no pudo hacer como el tipo —un perio-
              dista— que veía a alguien ahogándose y él lo que estaba
              era tomando fotos. Su propia familia, sus propios amigos,
              la propia gente conocida y hasta él mismo estaban invo-
              lucrados en la situación. Ya no puede tomar distancia. Se
              destapó la sensibilidad. Ya no era el testigo que mira las
              cosas, sino que participa de ellas.
                  —¿Por qué encontramos en muchos de los textos,
              independientemente de que sean monólogos, testimo-
              nios o relatos, recursos retóricos, estéticos, propios de
              la literatura, es decir, por qué el adorno literario?
                  —Por la sensibilidad, fíjate, los hechos, como te decía,
              rebasaron la capacidad de asombro. Tú no te podías es-
              perar que pasara esto, o en teoría uno siempre se reía
              de frases como «cuando los pobres bajen de los cerros y
              tomen la ciudad», pero ver eso, participar de eso, vivir eso,
              destapa tu sensibilidad y te convierte, no en el testigo que
              ve las cosas, sino en el testigo al que le suceden las cosas,
              y por supuesto, hace que salga la parte sensible de cada
              quien, y de la parte sensible, lamentablemente, la mayoría
              de la gente lo que deja salir es la sensiblería.





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