Page 164 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
El vocablo «chamo» en principio estaba dirigido a los
niños y adolescentes (como decir: muchacho, chico), pero
luego se generalizó y es un tratamiento que se dan hasta
a los adultos. Su connotación, sin embargo, es la de joven
o niño.
Otras expresiones van más allá del barrio y están en el
habla de cualquier venezolano:
Me conseguí a un poco de gente del barrio que estaba
metida en la vaina.
«Vaina», en Venezuela, es un soporte o una muletilla
del habla coloquial que sirve para designar cualquier cosa
y está en toda conversación: «¡Ah, vaina!», «¡Qué vaina tan
buena!», «¡No me eches esa vaina!», «¡Ya me envainaste!»,
etcétera. La novela del escritor venezolano Adriano Gon-
zález León, País portátil (1971), abre con este epígrafe:
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Este país es una vaina seria .
El vocablo está presente en el habla cotidiana venezo-
lana tanto como «chévere», «arrecho» y, obviamente, así
lo registra Ojeda en el monólogo del saqueador. Procedi-
miento eficaz no solo desde un punto de vista literario sino
también comunicativo, pues nos acerca al saqueador, nos
pone a «dialogar» con él, sin interferencia.
Por otra parte, alguien asume su responsabilidad (el
saqueador) donde nadie lo hace, donde todo el mundo
actúa amparado en el anonimato de la turba. Esta entonces
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Adriano González León, País portátil, Seix Barral, Barcelona
(Esp.), 1971.
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