Page 162 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
a través de su sistema nervioso central a lo largo de una
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escena determinada .
Es el recurso al que apela Fabricio Ojeda: meterse en la
mente de un saqueador y mirar el Caracazo a través de sus
ojos. Esta visión no le había llegado al lector de la prensa, es
la confesión descarnada, a veces ingenua, para algunos cí-
nica, pero sin lugar a duda, auténtica. Era la voz del propio
saqueador relatando su acción, el repentino rol que los he-
chos le hicieron asumir, con desparpajo y naturalidad, sin
pretensiones de héroe, sino de quien fue actor y testigo de
algo grande. Él también, en muchos paisajes, es sacudido
por la perplejidad. Los hechos lo sobrepasan, lo arrastran
y lo hacen saqueador. Este estado anímico cambiante per-
mite captar la narración en primera persona. Y era eso lo
que quería Wolfe con y desde su nuevo periodismo:
con el fin de crear la ilusión de ver la acción a través de la
mirada de alguien que se halla realmente en el escenario
y forma parte de él, más que hablar como un narrador
beige. Empecé a considerar este procedimiento como la
voz de proscenio, como si los personajes que se hallan en
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primer término del protagonista estuvieran hablando .
Pero para lograr ese efecto no basta y —Ojeda lo
sabe— el desplazamiento del punto de vista o la simple na-
rración en primera persona. La eficacia y autenticidad del
monólogo depende del uso del lenguaje: el personaje debe
hablar en su propia y particular jerga. En este sentido, el
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Tom Wolfe, El nuevo periodismo, Anagrama, Barcelona (Esp.),
1976, p. 33.
2
Ibid., p. 31.
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