Page 142 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
tocó cubrir un acontecimiento histórico y cruento, y escri-
bieron sobre la marcha. Solo que al hacerlo desde el ojo del
huracán, conmovidos y víctimas también de los sucesos,
hubieron de recurrir a la literatura para transmitir no solo
la información, sino también sus vivencias. Como lo se-
ñala Lorenzo Gemis, querían que el lector viviera y sin-
tiera lo que le narraban, respirara su atmósfera, mirara a
los ojos de las víctimas por arte del lenguaje. Las normas
de la objetividad periodística les quedarían estrechas y,
entonces, se armaron con los recursos de la literatura. Así,
por vía y virtud del reportaje, reconstruyeron el Caracazo,
recrearon la realidad de aquellos días violentos.
LA CRÓNICA
La crónica hunde sus raíces en los tiempos inmemoriales
de la tradición oral, cuando el hombre se reunía en torno
al fuego a escuchar historias y leyendas que contaban los
más viejos y sabios. Así nacieron los mitos. Siglos después,
desde las más remotas formas de escritura, fue la primera
manera de historiar, de contar los sucesos y plasmar el pa-
sado. Eran las incipientes expresiones de dos disciplinas
que con el tiempo se denominarían historia y periodismo.
Una tercera, la literatura, también nutriría las aguas de la
crónica, al enriquecer su forma para no solo contar, sino
también cantar los hechos y acontecimientos, el transcurrir
de la vida.
A la América Latina, la crónica llega con las carabelas
de Cristóbal Colón y los argonautas que lo sucedieron.
Siempre se registra que los conquistadores arribaron con
la cruz y la espada y poco se menciona la pluma. Sin esta,
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