Page 56 - El cantar del Catatumbo
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La simpatía de la población por los insurrectos se
           demostró con la ausencia de manifestaciones civiles a
           favor de Carlos Andrés Pérez, quien, el 27 de noviembre
           del mismo año tuvo que enfrentar otra insurrección, esta
           vez de altos mandos de las tres fuerzas, encabezada por
           el general Francisco Visconti Osorio, jefe de logística
           del Estado Mayor Conjunto, el contraalmirante Hernán
           Grüber Odreman y el contraalmirante Luis Cabrera
           Aguirre.
              Aviones procedentes de las bases aéreas del estado
           Aragua bombardearon el Palacio de Miraflores y una de
           las sedes de la Dirección de Servicios de Inteligencia y
           Previsión que funcionaba en el Capitolio. Grupos civiles
           tomaron una estación de televisión y difundieron una
           arenga de Chávez, escrita desde la prisión, instando al
           pueblo a sumarse a la sublevación que fue dominada
           por las fuerzas leales al gobierno, mientras se sucedían
           los disturbios y saqueos en otros puntos del país.
              La fragilidad del gobierno de Pérez era evidente y con-
           cluyó, como referí, con su expulsión de la Presidencia,
           para dar paso luego de un paréntesis destinado a cumplir
           con los tiempos del mandato, a las nuevas elecciones
           que ganaría Rafael Caldera.
              Fueron estas acciones las que pusieron en primer
           plano a Chávez como ideólogo y dirigente de un movi-
           miento tendiente a transformar la sociedad venezolana,
           como una alternativa más justa e igualitaria frente a la


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