Page 91 - Ecosocialismo
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90    Ecosocialismo  l    Andrés Bansart



          es preocuparse por el tronco del presente, las ramas del presente, y
          preocuparse por las flores y las frutas del futuro, preocuparse por el
          polen de estas flores y por los árboles del futuro.
             En el caso de Abya Yala, de la Indoamérica, de la Afroamérica,
          de las Américas mestizas, trata de preguntarse cuál es la Historia
          verdadera, cuál es la relación de los pueblos de estas Américas con
          la totalidad de la Historia, la totalidad del Hombre, de la Huma-
          nidad. Ya los nombres están cargados de memoria y condicionan el
          futuro. ¿Es latina Nuestra América, es indígena, es mestiza?
             ¿Qué Historia se enseña y se celebra? La Historia verdadera
          es a menudo la Historia de quienes no tienen historia: la historia
          de los indígenas asesinados, relegados o callados, la historia de los
          esclavos desarraigados, encadenados y despreciados, la historia de
          los campesinos despojados, explotados y abandonados, la historia
          de los braceros, los mineros, los obreros, los exiliados, la historia de
          las mujeres doblemente explotadas y humilladas.
             La Historia es también la de los héroes anónimos: la historia de
          los pueblos indígenas que se resistieron a la invasión, de los cima-
          rrones que no aceptaron la esclavitud, de los soldados anónimos
          que dieron su vida para que podamos vivir.
             El Derecho a la memoria es el Derecho de situarse no solamente
          en una relación con el pasado, sino también situarse en el presente,
          en las dinámicas del presente y en el movimiento hacia el futuro con
          respecto al conjunto de la Humanidad, con respecto al Otro, a los otros.
          En el Derecho a la memoria se encuentra el Derecho a la identidad.


          Derecho a la identidad

             Si el ser —ya sea colectivo o individual— no puede nombrarse, iden-
          tificarse, decir al Otro quién es, el diálogo es imposible. Sería imposible
          entonces la vida en sociedad, por lo menos en una sociedad realmente
          humana. La diferencia entre el ser humano y la bestia es que el primero
          es capaz de identificarse, identificar al Otro, dialogar con el Otro que es
          diferente, aceptar esta diferencia, ver en ella la complementariedad de
          su propia humanidad, enriquecerse mediante su relación con el Otro.
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