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86 Ecosocialismo l Andrés Bansart
microscópicos y del universo en el cual navega la Tierra, y, desde
luego, la vida del ser humano. El criterio ético fundamental es el
respeto de la vida y el Derecho a la vida de todos los elementos que
interactúan entre sí.
Todas las entidades ontológicas —animadas e inanimadas—
exigen una preocupación ética por parte del ser humano por la
simple razón de su existencia y de la importancia de las unas para
las otras.
El ecosocialismo, a pesar de ser una teoría política —por lo
tanto, una proposición de organización de la πολις, de la ciudad—
no quiere ser antropocéntrica. Ya lo hemos dicho: el ecosocialismo
relaciona de manera íntima el οίκος y la πολις. Esta teoría biopo-
lítica (βιος: vida y πολις: ciudad) sitúa al ser humano en las diná-
micas de la naturaleza toda y asume, por lo tanto, la responsabilidad
de un ser capaz de dar un sentido a la Vida de la cual forma parte.
De este modo, el ecosocialismo relaciona entre sí la protección
de la naturaleza y la justicia social. Ambos van a la par. Si no se
respeta uno de los dos elementos de este binomio, inevitablemente,
se daña el otro. Si se causa daño al uno, se perjudica al otro.
La bioética —para nosotros ética del ecosocialismo— lleva,
por lo tanto, a tomar posiciones claras con respecto a la ciencia, la
tecnología y todas las acciones humanas de uso o transformación
de la naturaleza. Lleva también a tomar posiciones claras, como
ser colectivo consciente, de su naturaleza. El hecho de definir el
proyecto político de ecosocialismo consiste, para el ser colectivo,
en proclamar la voluntad de modificar su naturaleza antropocén-
trica, fragmentada y egocéntrica en una naturaleza de integración,
comunicación y equidad estrechamente ligada con el ambiente
natural y humano del cual forma parte.