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Los derechos humanos en el derecho internacional 59
la transparencia de las elecciones u otros asuntos. Se adjudican la
facultad de decretar cuáles países forman parte del eje del Bien o
del eje del Mal (como lo hicieron contra Haití en el siglo XIX, como
lo hicieron contra Cuba en el siglo XX, como lo siguen haciendo
contra otros países en el siglo XXI). ¿Cómo podríamos hablar de
Derechos Humanos si los ladrones se visten de jueces?
Para que se puedan realizar en Nuestra América unas revolu-
ciones capaces de transformar nuestras sociedades y respetar aquí
los Derechos Humanos, se necesita, ante todo, un respeto mínimo
de los derechos internacionales, el respeto a la autodetermina-
ción de los pueblos, y que países como los de América del Norte y
Europa no se inmiscuyan continuamente y de manera hipócrita en
los asuntos ajenos.
Como lo dijimos antes, mencionar el Derecho Internacional
(visto desde nuestra perspectiva) parece salir del tema de los Dere-
chos Humanos. Pensamos, al contrario, que es la condición sine qua
non para que, algún día, se llegue a respetar los Derechos Humanos
en Nuestra América.
Para llegar, en el siglo XXI, a crear un Socialismo endógeno y
exigir el respeto de los Derechos Humanos (en cada uno de nues-
tros países, en Nuestra América toda y en el planeta), no se pueden
ignorar los pasos anteriores de la humanidad al respecto, no se
puede ignorar el irrespeto de estos Derechos (a menudo por los
países que se creen o se dicen depositarios y guardianes de éstos).
Los principios expresados en la Carta de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano, el 26 de agosto de 1789, en la Asamblea
Constituyente de 1789-1791, durante la Revolución Francesa, no
pudieron concretarse en el marco de los movimientos reaccionarios
posteriores de la misma Francia (en el imperialismo napoleónico,
en las diversas monarquías y en las sucesivas repúblicas). Tampoco
se hubieran podido poner en práctica en el resto del “mundo civili-
zado” en el marco del capitalismo que se fue conformando a partir
de la Revolución Industrial europea del siglo XIX.
Al publicar El Manifiesto (1848), Marx y Engels lograron una
magistral síntesis del conocimiento más avanzado de su época en