Page 133 - Ecosocialismo
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132   Ecosocialismo  l    Andrés Bansart



          Preferimos, pues, hablar del espacio y de los derechos que tienen,
          primero, los seres colectivos y, segundo, los seres individuales de
          ciertos espacios.
             ¡Que no se hable inmediatamente de derechos individuales!
          ¡Que no nos preocupemos cada uno de nuestros intereses pequeños
          y a menudo mezquinos! Hablemos, ante todo, de los Derechos de los
          seres colectivos de ciertos espacios para nacer, vivir, crecer, desa-
          rrollarse, reproducirse, realizarse y también morir en paz.
             Y aquí sorprenderá tal vez la afirmación que vamos a hacer: todos
          los seres colectivos no tienen los mismos derechos con respecto
          al espacio. ¿Puede chocar esta afirmación? Veremos. Pero, por lo
          menos, nos permitirá discutir acerca de este problema que tanto le
          preocupa a muchos seres tanto individuales como colectivos.
             Pero, antes de abordar esta cuestión tan discutible y tan discu-
          tida, preguntémonos cuáles son los espacios que el ser humano
          necesita para poder desenvolverse y vivir con dignidad y, tal como
          lo estudiamos en otras oportunidades, reflexionemos sobre el
          sentido, las funciones o la importancia de estos espacios.
             Para determinar cuáles son los espacios y cuál debería ser el uso
          de éstos, nos parece necesario definir qué tipo de espacios pueden
          existir y, después, discutir para saber cómo habría que utilizarlos y
          qué derechos pueden tener tales o cuales seres colectivos o indivi-
          duales sobre ellos.
             Sin tomar en consideración ninguna legislación específica, sino
          una cierta lógica, hablaríamos de cuatro tipos de espacios: comuni-
          tarios, públicos, semi-públicos y privados. Pero antes, nos permi-
          timos hacer una advertencia: no seamos antropocéntricos. No
          pensemos en seguida en nosotros. En el ambiente en el cual vivimos,
          en el planeta en el cual vivimos, todos los seres tienen derechos, no
          solamente nosotros los humanos. Por lo tanto, no pensemos inme-
          diatamente: ¿qué es nuestro, qué es mío, qué es tuyo?
             Pensemos en la armonía del planeta. Pensemos en los árboles,
          los animales, las múltiples especies que conforman la Tierra y que
          comparten la vida con nosotros. Tienen derechos, pero no pueden
          expresarse para reivindicarlos y exigir respeto. Nosotros los seres
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