Page 19 - Desarrollo de la Guerra Social y el papel de Bolívar
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[Juan Bosch] DESARROLLO DE LA GUERRA SOCIAL
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            “Un jefe de bandidos, conocido por su atrocidad, el perverso Bo-
          ves, ha podido penetrar hasta la Villa de Cura, reuniendo esas cuadri-
          llas de salteadores esparcidos en los caminos de los Llanos”. Y en el
          mismo mes de febrero, el día 24, contaba como Zuazola había aniqui-
          lado a los pobladores de Aragua, cómo eran los hombres desollados
          de las plantas de los pies y obligados a caminar por caminos pedrego-
          sos después del desuello; cómo se les cortaba a los barbudos el cutis
          de la cara con barba y todo, cómo en Cumaná se desorejaba a vivos y
          muertos y se adornaban las casas realistas con esas orejas clavadas en
          las paredes. “Partidas de bandidos salen a ejecutar la ruina. El hierro
          mata a los que respiran; el fuego devora los edificios y lo que resiste al
          hierro. En los caminos se ven tendidos juntos los de ambos sexos; las
          ciudades exhalan la corrupción de los insepultos”, dice, en lengua que
          parece bíblica.


            Bolívar, pues, reconocía que la guerra social estaba desatada.


            En la proclama del 24 de febrero pretendía justificar la muerte de
          los ochocientos  prisioneros  españoles  que tenía  la república  en La
          Guaira diciendo que iban a sublevarse de acuerdo con las partidas de
          Rósete — jefezuelo realista — que merodeaban “distante de Caracas
          sólo el tránsito de siete horas”, por Ocumare, donde los partidarios de
          la República:


               “son mutilados sin diferencia de sexo, ni edad: tres en el templo
               y sobre los altares; trescientos troncos de nuestros hermanos
               están esparcidos en la calles y cercanías del pequeño pueblo:
               en las ventanas y en las puertas clavan aquellas partes de sus
               cuerpos que el pudor prohíbe nombrar”.



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