Page 59 - Del Tradicionalismo a la Modernidad
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un ingreso considerablemente mayor que el de las demás
naciones latinoamericanas, y ello le ha permitido revestirse de
cierta apariencia de modernidad, que lleva a algunos observado-
res superficiales a la conclusión de que somos semidesarrollados
(en vías de desarrollo) y menos dependientes que pueblos
vecinos. Pero la realidad básica de nuestras estructuras es la de
un sub-desarrollo, una dependencia y una dominación oligárqui-
ca interna por lo menos tan grave como los de cualquier país
latinoamericano de ingreso más bajo. La importancia estratégica
del petróleo venezolano hasta agrega a nuestra dependencia
una dimensión adicional y la profundiza.
La República
Venezuela se emancipó de la dominación colonial española para
caer bajo la influencia en lo económico de potencias como Ingla-
terra y Francia. En lo interno, las estructuras oligárquicas de la
época colonial se conservaron en sus aspectos fundamentales.
La Guerra Federal acabó con la aristocracia latifundista
tradicional y produjo una democratización de la sociedad
venezolana en lo relativo al origen clasista y racial de las
personas, pero no cambió. la desigualdad extrema en la
distribución de la riqueza. A fines del siglo XIX Y comienzos del
XX, el capital norteamericano sustituyó al inglés, al francés y al
alemán como principal factor imperialista en la economía vene-
zolana.
Hasta la primera guerra mundial, Venezuela se ajustaba al patrón
económico típico de todos los países de la América tropical:
producción y exportación de renglones agrícolas café y cacao en
lugar destacado, -importación de casi todos los artículos
manufacturados que necesitaba, otorgamiento de concesiones a
empresas extranjeras para la explotación de algunos recursos
mineros en escala relativamente pequeña-.
El cambio petrolero
A partir del año 1921-1922, el petróleo sustituyó al café como
primer producto de exportación en valor, y se inició un explosivo
crecimiento de ese renglón. El régimen del General Juan Vicente
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