Page 18 - De mi propia mano
P. 18

modo mis deberes y ocupaciones que me son desconocidas, van a emplear
                 mi tiempo” [209]. A poco habrá de volver a la política y hasta la guerra, so-
                 licitado por la urgencia de tiempos que lo acosan y lo llevan al holocausto.


                                   TODO PARA LA GUERRA


                 Su genio es severo, adusto y marcial. Entendía claramente su deber y a éste
                 se daba íntegro. A Sucre no le interesaba ni lo atraía la “política” que mu-
                 cho tentaba a sus compañeros. Sucre eligió a plenitud la función bélica. La
                 administración, la política y el gobierno desagradaban a su carácter y a su
                 inclinación. Del 9 de noviembre de 1817 es la primera manifestación –que
                 se conoce– donde habla “del embarazo de no poseer los conocimientos
                 suficientes para desempeñar mi destino: con todo, como bajo las lecciones
                 y la consulta de V.S. espero tener la instrucción necesaria para ello, me li-
                 sonjeo que corresponderé a la confianza de S.E. a quien V.S. en mi nombre
                 se servirá dar las gracias” [3]. Del 6 de abril de 1830 es la última:

                    Quiero también excusarme de todo lance en que pretenda reducírseme a
                    aceptar puestos que mi corazón repugna, porque él sólo apetece la vida
                    privada. Demasiados hay que disputan los destinos públicos, los mandos
                    y la dirección de los negocios. Yo trato de pertenecer exclusivamente a mi
                    familia. Si se dice que esto es egoísmo yo diré mis razones; y por nada quiero
                    que se me confunda entre los pretendientes al Gobierno, o mejor dicho entre
                    los que pretenden hacer de la República su despojo [230].


                    Sucre fue un político a su pesar. La historia reconoce, sin embargo, que
                 en ese estadista malgré lui había uno de los hombres más completos de la
                 Independencia. Nunca defraudó la confianza ni la expectativa que se puso
                 en sus ejecutorias. Actuó siempre de manera ejemplar, como un arquetipo
                 de sólidas virtudes.


                                    SÓLO SIETE LUSTROS


                 La actividad, los deberes y el estilo de Sucre confluyen a explicar el capí-
                 tulo crucial de su historia: el morir a los 35 años. El Sucre asesinado en



                                           DE MI PROPIA MANO
                                                XVI






       De mi propia 6 Romanos.indd   16                                      05/02/2010   12:32:45 p.m.
   13   14   15   16   17   18   19   20   21   22   23