Page 91 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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Pensamiento agroecológico en el sur de Venezuela | 91
situación cuando se introducen otras especies como el ñame diamante 22 y
el ocumo (conocido localmente como yancín). Estos cultivos tienen otros
requerimientos de suelo y humedad, que obligaron al cambio en el patrón
de uso de la tierra, como se explicará más adelante (Fundación Venezolana
para la Conservación de Áreas Naturales, 2002).
Entrando en el siglo XXI, en el estado Bolívar, se definieron
cuatro municipios con potencial agrícola: Sucre, Piar, Gran Sabana
y Angostura; cada uno con diferentes condiciones agroclimáticas
que determinan mayores niveles de producción en algunos cultivos.
Durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre de
2016, un equipo del Instituto de Nacional de Investigaciones Agrícolas
del estado Bolívar realizó recorridos por los municipios antes señalados
con la finalidad de estudiar qué rubros se cultivaron, cómo se realizó el
cultivo, cuándo se estableció, dónde se sembraron los rubros, cuánto
se cosechó y quiénes participaron del proceso de producción agrícola
vegetal en la geografía bolivarense.
De los rubros prioritarios —considerados de importancia comercial—
que se cultivan en el país, según Gutiérrez (2008), destacan, por su mayor
frecuencia en las condiciones de suelo y clima del territorio bolivarense, los
siguientes: frutales (plátano, cambur y topocho), raíces y tubérculos (yuca,
ñame y yancín), cereales (maíz y arroz), cultivo tropical (cacao), hortalizas
(ají dulce y auyama) y leguminosas (caraota y frijol). En el registro,
estos se agrupan: en familias, como el caso de Musácea o Papilionacea
(leguminosas); de acuerdo con la forma de propagación (sexual o asexual),
según su ciclo de producción (anual, bianual y perenne) o por el sistema
de cultivo (monocultivo o asociación con otro renglón). Se puede apreciar
una continuidad con los rubros que se han venido cultivando a lo largo del
recorrido histórico presentado en este escrito.
El establecimiento (preparación de tierra, siembra y abonado), cuidado
(control de malezas, insectos y hongos perjudiciales) y cosecha de estos
cultivos demandó equipamiento, agroquímicos (fertilizantes, herbicidas,
insecticidas, fungicidas) y semillas (en especial, maíz amarillo, maíz blanco
y caraota). Estos insumos fueron suministrados por instituciones y
empresas del Estado, como el Banco Agrícola de Venezuela, Agropatria,
Pedro Camejo y algunas de propiedad privada.
Con base en las informaciones suministradas por los agricultores y las
observaciones realizadas en campos cultivados por comunidades agrícolas