Page 36 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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36 | Agroecologías insurgentes en Venezuela
propuesta de nuevas alternativas al modelo agroalimentario imperante.
Por ello, este trabajo pretende describir la manera como se fue creando
esa articulación histórica entre la búsqueda de formas más eficientes y
placenteras de consumir alimentos con los diferentes agroecosistemas del
oriente del país, condicionados por elementos geográficos y ambientales
fuertemente diferenciados; diferencias que en el presente, nos permiten
una complexificación más avanzada de los espacios productivos.
De los componentes de ese medio físico y de los recursos ambientales
que conforman el territorio oriental venezolano, los suelos constituyen
uno de los recursos centrales, por cuanto de sus potencialidades depende,
en gran medida, la capacidad de producción de alimentos; además de
formar parte esencial de la trama ecológica general, al participar en
la dinámica de los ciclos naturales biogeoquímicos, destacando su rol
en la transformación y en el reservorio de nutrientes y de la materia
orgánica, así como en la regulación de la infiltración, almacenamiento y
transporte de agua en los procesos hidrológicos que se suceden en los
paisajes (Elizalde et al., 2007). Los paisajes donde los aspectos generales
de las características geológicas (grupos de rocas, estructura, edad),
las condiciones climáticas, las asociaciones de cobertura vegetal y los
parámetros del relieve caracterizan un espacio geográfico determinado
se denomina región fisiográfica. De las 15 regiones fisiográficas del país, en
oriente se presentan 4 de ellas claramente descritas: cordillera de la Costa
oriental, Llanos orientales, depresión de Unare y las llanuras costeras;
que han sido la base para sistematizar en cada una de ellas, experiencias
en desarrollo donde se describe cómo hombres y mujeres redefinen una
respetuosa relación con los paisajes que habitan para producir alimentos.
Experiencias de cambio social agroecológico, donde se están abordando
las bases de cómo crear, en todas las dimensiones del análisis del sistema
agroalimentario, una cultura de sustentabilidad (cómo interactuar con
la naturaleza, cómo coevolucionar) que promueva, ordene y regule la
cooperación social dentro de la agricultura campesina (Gliessman, 2010;
Van der Ploeg, 2010; Sevilla, 2006). Suponen un cambio en los valores
y las formas de actuar de los agricultores y de los consumidores, en sus
relaciones sociales, productivas y con los recursos naturales; es decir:
que la transición no solo ocurre en las fincas, sino también a nivel de
la comunidad (Gliessman et al., 2007) y describen un proceso político
en evolución, dinámico, vivo, que involucra cambios en las relaciones